Durante el anuncio realizado este martes en torno al plan nacional anticorrupción, en el que pomposamente el presidente de México Enrique Peña Nieto nombró al nuevo secretario de la Función Pública, algo quedó muy en claro: quien dirige nuestro país no tiene ni remota idea de qué es un conflicto de interés
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Penosa y triste situación que se repite. Pero ahora lo que está en juego no es solamente la imagen internacional del Estado de Veracruz, sino también, la lastimada imagen de este México nuestro
La única verdad histórica, es con la que pasará el gobierno peñista por su total ineptitud. ¿Cómo gobernar con estigmas de corrupción, del mismo presidente de la República y su secretario de Hacienda? Los dos registran propiedades millonarias, producto de acuerdos secretos con proveedores del gobierno como la constructora Higa.
Todos los años se repite la misma historia, con antelación los grupos protectores de animales realizan manifestaciones para evitar que los toros sean lastimados en las tradicionales festividades de Tlacotalpan y por su parte, las autoridades aseguran que ya han tomado todas las medidas necesarias para evitarlo.
En Xalapa, sus autoridades brillaron por su lentitud, como siempre.
En tan solo dos años de gobierno el Presidente Enrique Peña Nieto incrementó la deuda pública en 29.8 por ciento, algo que no se había visto en los últimos 24 años, desde la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari.
La explosión de gas en el barrio del Dique en la capital de los veracruzanos que dejó un saldo de una persona muerta, nueve heridos y 19 viviendas afectadas, debería de servir como una llamada de alerta, de lo que es bien sabido, pero no siempre se tiene en mente, que en cualquier momento puede presentarse un accidente o un desastre natural, que demanda la intervención de las autoridades.
Muchos son los espacios públicos que hace falta rescatar por el bien común, pero esos no son el problema urbano fundamental sino el crecimiento sin control, los asentamientos irregulares, la demanda creciente de suelo para vivienda, los cinturones de miseria, la marginación social y la ingobernabilidad frente a una problemática ante la que siempre el Estado llega y ha llegado después.
Habrá que ver si los funcionarios públicos de la alta burocracia de los tres niveles de gobierno, van a solidarizarse con la población del país y se recortan un porcentaje de sus altos sueldos, en lugar de seguírselos incrementando; habrá que ver si se le pone coto a la corrupción y se transparenta el quehacer público a través del Internet. Esto sí que serían grandes noticias para los mexicanos.
Javier, no quiere, ni puede entender que con el registro de Tarek Abdala como precandidato único por el distrito XVII sus querellas llegaron a su fin.