OPINIÓN INTERNACIONAL: Neoliberales y Coronavirus

Aureliano Hernández Palacios Cardel

Por: Aureliano Hernández Palacios Cardel

Una recesión económica, sin entrar en tecnicismos, es cuando estamos estancados y cayendo. Entrando en tecnicismos, es cuando se decrece durante un periodo constante de tiempo. Quitando tecnicismos, no nos encontramos en México en una recesión y no hemos tenido pérdidas en nuestra economía. Esto no quiere decir, dejando los tecnicismos de lado, que no sintamos que la economía no está creciendo como debiera. Seguimos creciendo, pero poquito. 

Los adversarios políticos de la presente administración han tomado la desaceleración de la economía como una bandera política para denostar el trabajo económico del Presidente y han querido demostrar una falta de crecimiento asociado a una incompetencia o a una falta de confianza en las políticas macroeconómicas; aunque si uno ve las tablas y gráficas del crecimiento en los últimos trimestres, podemos observar claramente cómo sólo en el 2009 ha tenido una caída impresionante en el Producto Interno Bruto, y que seguramente la oposición en ese momento acusó a Calderón de no responder correctamente a una crisis económica mundial.

El actuar o no ante una crisis como la del 2009, ante una recesión prolongada, a fenómenos inflacionarios como los de los años 80´s o a un posible estancamiento económico como podríamos enfrentar el día de hoy, es parte aquí sí, de una definición teórica y práctica del controvertido modelo neoliberal o de una política de intervención del Estado. Cabe mencionar que México nunca ha adoptado una política neoliberal en todo su sentido amplio, vaya, ni Estados Unidos.

El modelo económico conocido como neoliberal por los críticos ó modelo de libre mercado por los que lo defienden, es un modelo totalmente teórico donde se establece como condición que el mercado (llámese demanda y oferta, ciclo económico, o variables exógenas) por sí solo va a resolver de mejor manera, sin distorsiones, la situación económica. Se basa en el concepto de que las leyes que rigen el mercado son ecuaciones matemáticas ( y sí ) y que por ende, la resolución de algún problema económico, se hará por el ajuste en esas variables por si sólo en un juego de ecuaciones diferenciales, donde las derivadas e integrales tocan ciertos puntos tangencialmente de la curva de demanda o de oferta (sí, esa es en verdad la descripción técnica de cómo funciona la economía).

Si bien yo soy un ferviente creyente de las matemáticas y en su capacidad de explicar el mundo, la economía es una ciencia matemática, exacta, de problemas sociales, políticos y humanos. No es una ingeniería, ni es sociología. La política económica  (las acciones implementadas por el gobierno) y la economía política (la ciencia que explica o propone incluso las acciones a tomar) tiene en su palabra “política” el resumen de lo que es la economía. Los mayores promotores de la economía de mercado, impulsados por la caída en el modelo anterior keynesiano o de intervención del estado para resolver las crisis económicas que desencadenaron unos déficits y deudas increíblemente grandes en gran parte de los países tercermundistas o de primer mundo por igual, y en inflaciones de tres cifras porcentuales, fueron los países altamente “capitalistas”: Estados Unidos y el Reino Unido (en la época de Ronald Reagan y Margaret Thatcher)  y finalmente fue el modelo impuesto a los países tercermundistas que una vez caído el bloque soviético, reinó hasta nuestros días como casi un dogma económico.

Pero estos países en la realidad nunca implementaron las políticas de libre mercado, Estados Unidos ha subvencionado a sus agricultores, a su industria automotriz, ha bloqueado importaciones a través de aranceles, e incluso, cuando el Fondo Monetario Internacional impuso a sus deudores (los países tercermundistas) las condiciones de liberación de la economía, se dieron fenómenos que nada tiene que ver con la búsqueda de un equilibro natural o de un saneamiento de los balances de un gobierno, sino que se dieron privatizaciones que hicieron hombres multimillonarios y la economía creció unos años y luego hubo crisis mundiales que no permitieron ni si quiera ver los grandes resultados que los neoliberales prometieron.

Es por eso que, México no está para no actuar. 

Ante la desaceleración que sí es una realidad, y una economía que promete ser por lo menos incierta, si no catastrófica por el coronavirus y muchas otras variables de incertidumbre, es imprescindible actuar.

Las acciones que propone el Secretario de Hacienda aún no las vemos accionar, pero el anuncio de que “habrá” es el principio acertado para que  tanto las políticas monetarias y fiscales deben encaminarse a ayudar a mitigar el ciclo económico independiente de las políticas de gasto que se tengan o no. Si bien la Constitución se ha modificado para garantizar la atención de los ciudadanos más desprotegidos, el balance fiscal no es un capricho neoliberal, sino una necesidad de política económica básica, por lo que las acciones siempre tendrán que encontrar el equilibrio que las matemáticas de la economía teórica propone, bajo un análisis totalmente terrenal y de pragmatismo económico y político. Así la economía vs el coronavirus, en todo el planeta demostrará que lo neoliberal siempre se quedará en lo teórico. 

Aureliano Hernández Palacios Cardel 
Economista con maestría en políticas públicas, ha sido administrador público en diversos cargos gubernamentales y actualmente colabora en la Auditoría Superior de la Federación. 
Twitter: @Aureliano_HPC Facebook: Aureliano Hernández Palacios Cardel

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