En el Día de Muertos, la Iglesia Católica recuerda a las víctimas de la violencia y del COVID19

• Han sido numerosas, porque la violencia sigue siendo un problema incontrolado y del coronavirus por una mala estrategia de salud

En la celebración del Día de Muertos, como parte de la liturgia católica, recordamos a todos los difuntos, de manera especial a todas las víctimas de la violencia y de la pandemia del COVID-19, que en nuestro país, lamentablemente, han sido numerosos, sea porque la violencia sigue siendo un problema incontrolado o por una mala estrategia de salud. 

Lo anterior se desprende del comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, en donde se destaca que “la muerte ha traído luto y dolor en los hogares, ha sembrado desconfianza en las personas y en las instituciones”.  

Refiere que junto con toda la Iglesia, el día de los difuntos pedimos para que Dios tenga misericordia de ellos y los lleve a gozar del cielo; estas oraciones nos recuerdan además que somos mortales y que estamos de paso por este mundo y que un día también nosotros hemos de morir y por lo tanto necesitaremos que otros oren por nosotros para que también alcancemos la misericordia y contemplemos con gozo el rostro de Dios. 

Además, el 1 de noviembre invocamos no solo a los santos canonizados que aparecen en la lita del calendario litúrgico, sino también a aquellos que no conocemos o que no se mencionan, pero que también han alcanzado la santidad. 

“La santidad se construye todos los días haciendo la voluntad de Dios en el ejercicio de nuestras responsabilidades. Muchas personas, en el silencio de su hogar, en sus tareas cotidianas, en su oficina, desde su empresa, entre sus familiares y amigos, son testimonios vivientes de los valores del evangelio”, se añade.  

En el documento, signado por el presbítero José Manuel Suazo Reyes, se menciona que el 2 de noviembre, recordamos a Todos los Difuntos. La comunidad cristiana lo llama Día de muertos y lo vive de muchas maneras. “Ese día en la Iglesia hacemos oración por nuestros hermanos difuntos porque delante de Dios, ellos están vivos”.  

“A eso se debe que el lugar donde ordinariamente reposan los restos de los que ya murieron, se le llama “cementerio” (esta palabra de origen griego significa dormitorio). La oración que hacemos por los difuntos, es para suplicar la misericordia divina por ellos; para que Dios perdone todas sus culpas y los pecados que en vida no hayan podido reconciliar como lo recomienda también la Palabra de Dios (Cfr 2 Mac 12, 45)”.  

Por todo esto junto con toda la Iglesia decimos esta jaculatoria: “Que las almas de nuestros fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz”, se indica por último.