LOS GATOS DE VERACRUZ

  • Recojo buenos comentarios de Rosa María Hernández Espejo
  • En el aeropuerto, contrabando… de versiones
  • Ebrard encabezará el frente frío opositor
  • Complicado futuro para el cuitlahuismo
  • La historia de la cándida Eréndira, perdón, la cándida Indira

Arturo Reyes Isidoro

PROSA APRISA

Muchas cosas tiene el bello puerto, pero, de pronto, he advertido que algunos sitios públicos, como el Parque Ecológico Adolfo Ruiz Cortines, entre otros, están llenos de gatos.

En donde vivo, en la colonia Ejido El Coyol, cada que llego del hospital en la noche, me espera un gato en la puerta. Contrario a muchos que les tienen aversión a los mininos, yo no. Los llamo y me gusta acariciarlos.

En Xalapa, al lado de donde vivo, recién se cambió una persona que llegó con una gata. Ya supe que la recogió en la calle porque estaba enferma y no tenía quién la atendiera y alimentara. Ya sé que se llama Luna.

Pues Luna, todas las mañanas cuando subo a la azotea para poner a secar mi toalla, ya está esperándome. Se deja acariciar y hasta se tira patas arriba, además para que le dé el sol.

Con sorpresa me entero en el puerto, ahora donde vivo, que la colonia está llena de gatos, pero me refieren que otros espacios de la ciudad están llenos de esos animales también.

El del Parque Ecológico, contiguo al Hospital Regional de Especialidades, es un verdadero nido gigante de gatos, que por las noches dejan su recato y pululan por todo el espacio, dentro y fuera. Es todo un espectáculo. Algunas parejas de enamorados, tan entretenidos están que se muestran indiferentes a los arrumacos de los mininos, que se les acercan.

Yo no había visto una población de gatos tan numerosa desde que vi otra, un día caminando, en las escolleras de Coatzacoalcos, donde los animales viven entre las rocas, donde, no faltaba más, se alimentan de peces y aquello es un hedor cuando uno pasa cerca de sus “casas”.

En mi caso, mis familiares me piden que por favor no los acaricie porque una señora estuvo enferma muchos años y no encontraban la causa, así me dicen, hasta que apareció un diminuto pelo de gato en su intestino, que no sé si en el grueso o delgado.

Pero también me lo piden porque creen que el animal se va a encariñar y ya no se va a ir, y porque puede traer a otros invitados. ¡Horror!, me expresan. Yo de todos modos los acaricio.

¿Qué hacer con tanto gato en el puerto? Y a esos habría que agregarles los gatos de los políticos. ¿Acaso porque hay muchos gatos no hay ratas ni de dos ni de cuatro patas, de esos a los que Paquita la del Barrio no baja en su canción de “Rata inmunda/ Animal rastrero/ Escoria de la Vida/ Adefesio mal hecho”?

Recojo buenos comentarios de Rosa María Hernández Espejo

En mis andares a ras de suelo –Armando Méndez de la Luz dixit–, en el puerto escucho que se expresan bien de la diputada federal Rosa María Hernández Espejo, mi compañera periodista también, que sin ser una política de carrera o tradicional al viejo estilo, no solo mantiene contacto permanente con la base, sino que hace gestiones y le procura beneficios.

De ella sé que no está alineada con el palacio de gobierno de Xalapa, porque nunca la han pelado, para decirlo con un término popular, pero gracias a su trabajo la quieren en sus equipos lo mismo Sergio Gutiérrez Luna que Rocío Nahle. Apoyaré al que mi partido decida, comenta ella.

Pero tiene algo similar a la práctica de Sergio: no es sectaria y se abre a dialogar con todos, al grado que ha jalado a trabajar para la causa de Morena, del presidente, a priistas, panistas y de otros partidos, que se sienten huérfanos, marginados de sus dirigentes.

En el aeropuerto, contrabando… de versiones

Veracruz tiene también aeropuerto, y aquí se notan descuidos, pifias en la seguridad. Seguramente el Ejército y la Marina tienen agentes vigilando entradas y salidas, aunque hay contrabando. Por ejemplo, no pudieron detectar algunas versiones directas que me trajeron de sucedidos políticos ocurridos y por venir.

Por ejemplo, que el nuevo dictamen para que las Fuerzas Armadas sigan en la calle, que está a punto de sacar adelante el senador Ricardo Monreal, con algunas propuestas de la oposición y el respaldo de sus líderes, lleva mucho chanfle.

En realidad, se trata de un tejido de largo alcance que se verá con toda claridad el próximo año. Para nada se ha de perder de vista a Monreal. Hasta ahí es ahora lo que puedo decir de él y del tema.

Callado, discreto permanece Manuel del Río Virgen, pero está fuerte, políticamente hablando, y se fortalecerá más. Habrá que ver qué hace con los pendientes que tiene por cobrar en Veracruz.

Ebrard encabezará el frente frío opositor

¿Y alguien se imagina ahora un frente amplio PAN, MC, PRI, PRD, grupos independientes, gobernadores y grupos políticos regionales de todo el país, llevando, unidos, un solo candidato a la presidencia? Pues está ya en plena construcción. Lo encabezará, ¡váyase para atrás!, Marcelo Ebrard.

El canciller se mantendrá, por ahora, fiel al presidente y le sacará muchos pendientes. Cuando se vaya le hará un profundo hueco a Morena. Pero hasta ahí dejo este tema.

En el tejido que se está haciendo está bien metido el senador veracruzano, panista, Julen Rementería, e, indudablemente, otro veracruzano de gran peso ahora, Dante Delgado, incluso, quien se proclama “el único veracruzano que reconoce haber nacido en la Ciudad de México”, Enrique Ampudia Mello, actualmente coordinador de asesores del canciller Marcelo Ebrard, habrá de cobrar relevancia por su trabajo y por el conocimiento que tiene de Veracruz.

Complicado futuro para el cuitlahuismo

En ese panorama, se ve venir un futuro muy complicado para el cuitlahuismo, además porque en lugar de sumar mediante el diálogo y el convencimiento, continúan sumando con amenazas, lo que no les dará ningún buen resultado.

Por ejemplo, al senador Ernesto Pérez Astorga prácticamente le pusieron una pistola en la sien. Bajo amenazas de actuar contra familiares suyos hicieron a que se pasara al grupo de la señora Rocío Nahle, más por la relevante comisión que tiene ahora en el Senado, la presidencia de la Comisión de Hacienda, lo que no gustó, para nada, al grupo al que pertenece. En el futuro, habrá consecuencias para los del palacio de gobierno.

La historia de la cándida Eréndira, perdón, la cándida Indira

En el puerto pregunto si alguien ha visto a la senadora Indira Rosales San Román, pero nadie me da noticias. Una versión dice que quedó deprimida después de que la obligaron a actuar en contra de sus convicciones, porque ella está en contra de las Fuerzas Armadas en las calles y prácticamente la obligaron a votar a favor cuando le pidieron que se ausentara para no estar a la hora de la votación, al lado del grupo opositor.

La versión que me ha llegado, como esas olas del mar que vienen hacia la orilla, es que el día de la votación, en forma sorpresiva, en la madrugada le dijo a otra compañera senadora panista, con quien comparte departamento, que tenía que venir de urgencia a Veracruz porque se le había puesto mal de salud su hijito, pero que le daba tiempo regresar a la hora de la votación.

A partir de ese momento fue ilocalizable. No fue sino hasta que el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, habló con el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, su jefe político, cuando dio señales de vida. Con tal de que llegara a votar, le contrataron entonces uno de los dos mejores helicópteros privados que rentan en Veracruz, pero cuando llegó al aeropuerto dijo que ella no iba a volar en esa nave. Y no fue. De ahí, supuestamente, cayó en depresión.

En el Senado, en el PAN y en la capital del país, les quedó la idea de que fue su jefe quien le dio la orden y que negoció el voto. Así las cosas.

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