SEP: un estado del golfo / Wenceslao Vargas Márquez

ESCRITORNo sólo fue adecuación de palabras, no sólo fue semántica o gramatical a como se quiso hacer creer desde el congreso veracruzano. La cuestión fue muy de fondo: No pudo el nuevo PRI jarocho sostener la impostura de legislar en materia de reforma educativa en un sentido punitivo en la cámara federal y al revés en la legislatura de Veracruz:

Por varios meses, como consecuencia de la inédita agitación que vivía el magisterio del estado, agitación e inconformidad nunca antes vista a esa escala, el nuevo PRI ubicado en el ejecutivo y legislativo de Veracruz decidió legislar una armonización educativa que iba francamente en contra de la letra y el espíritu de la legislación federal. Desde este espacio insistimos en diversas ocasiones (grito a tiempo) que la legislación veracruzana armonizada, tal a como quedaba, era intransitable.

Cuando se pretendió en Veracruz que los docentes no serían cesados y despedidos después de una tercera evaluación fallida desde aquí escribimos que eso era una impostura. Los docentes de nuevo ingreso serán despedidos y los ya activos cuando entra en vigor la ley seremos expulsados de nuestras aulas. Esto es así desde las leyes secundarias federales de septiembre de 2013 que ocasionaron las marchas y manifestaciones del último cuatrimestre de ese año. Desde que se supo de la pretensión de borrar esto de la ley veracruzana armonizada apuntamos desde aquí que iba contra la ley y que constituía una mentira pretenderlo. Un resumen final de esta metódica crítica está anotada en el texto “Propuestas y prismáticos” de principios de marzo. Más de un mes después, el 15 de abril, el tiempo le dio la razón a este espacio de crítica cuando el nuevo PRI debió corregir tantos despropósitos o enfrentarse en una controversia constitucional con nadie más que con la presidencia de la república.

Cuando se pretendió cumplir la oferta que hizo el titular del ejecutivo veracruzano en Playa Juan Ángel en marzo de 2013, hace trece meses, ante un grupo interno de la Sección 32 del SNTE, de crear un Instituto Veracruzano de Evaluación Educativa para quedarnos con las plazas docentes y “no creer cuentos chinos ni oaxaqueños”, dijimos desde muy al principio y en distintos momentos, que eso no era posible. Un resumen final de esta metódica crítica está anotada en el texto “¿Instituto Sustituto? Imposible” publicado al terminar la primera decena de marzo. El martes 15 de abril, más de un mes después,  el tiempo nos daba la razón. No se podía sostener la impostura.

Es increíble que priístas de nuevo y viejo cuños, que priístas del ejecutivo y del legislativo veracruzanos hayan caído en la ingenuidad de suponer que podían ir contra la voluntad presidencial tantas veces expresada en público por el propio presidente Peña o por su ubicuo factotum de apellido Chuayffet. Realmente increíble.

Beltrones advirtió hace un año, el 4 de abril de 2013, que no habrá 32 reformas educativas y el estado que lo intente sufrirá consecuencias jurídicas tales como controversias constitucionales. ‘Es absurdo’, dijo Beltrones. También Chuayffet, a pregunta expresa de Televisa, el 7 de marzo de 2014, dijo que sabía de la ley armonizada de un estado del Golfo que pretende darle la vuelta a la ley federal violándola flagrantemente pero que procederá la SEP en consecuencia. Increíblemente se dejó pasar la amonestación y se insistió desde Xalapa que todo estaba perfecto, que la ley educativa armonizada de Veracruz era “de avanzada”, que ante los micrófonos de Televisa Chuayffet no se refería a Veracruz. Ya vimos que Veracruz era ese estado del Golfo. La reforma educativa ‘armonizada y de avanzada’ quedó lista el 5 de marzo en Veracruz. El 26 de marzo el subsecretario Rodolfo Tuirán (SEP) dijo que estaban revisando las leyes y las que no cumplieran con la ley federal serían devueltas para controversia. En Veracruz nadie se enteró. La única explicación posible es que no lean periódicos.

Pronto vino la disyuntiva con un mensaje contundente al más puro estilo priísta tan cargado siempre de símbolos para darse a entender más allá de lo textual (nunca tan cierto ‘el medio es el mensaje’) porque el medio para dar la advertencia no fue el subsecretario Tuirán o el secretario Chuayffet o la consejería jurídica de la SEP ni Gobernación: lo daba clara y contundentemente la Consejería Jurídica y la Vocería de la Presidencia de la República juntas y en conferencia de prensa. O se armonizaba la ley educativa sin falsedades ni imposturas o vendría el enfrentamiento constitucional. Así de profunda la dureza del gobierno federal.

El nuevo PRI veracruzano -desde el ejecutivo y desde el legislativo- optó por la sabiduría política de no enfrentar la controversia y corrigió su ley “de avanzada” el martes 15 gracias a ‘un pitazo’ (según afirma el analista Gil Antón en un diario nacional), de manera que cuando la lista de cuatro estados fue mencionada, Veracruz no estaba en esa lista negra sino sentadito, modosito y con estrellita en la frente. Pero la cuestión fue muy de fondo, no sólo fue semántica o gramatical y vale la pena repetirlo: el nuevo PRI no pudo sostener la impostura de legislar en materia de reforma educativa en un sentido punitivo e inicuo en la cámara federal y al revés en la legislatura de Veracruz. Sin reconocer que pretendieron ingenuamente burlar la ley federal y engañar al magisterio, dieron marcha atrás, consiguieron corrector blanco y brochita flexible ($9.90 en la papelería de enfrente) y enmendaron, regañados, todo lo que estaba impresentable.

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