Comentarios de todo tipo y de diversos actores, ha desatado la declaración del gobernador Javier Duarte de Ochoa, me toco “bailar con la más fea”, por lo inusual que resulta en boca de un gobernador tal aseveración. Cuando las señales se habían incrementado de que el estado tendría un comisionado (como Alfredo Castillo en Michoacán), para las finanzas publicas estatales en la persona de Subsecretario de Hacienda Fernando Aportela Rodríguez (por la renuncia a SEFIPLAN de Fernando Charleston Hernández), en un evento en el puerto de Veracruz, para promover el empleo y la inversión, y ante empresarios del estado y de la ciudad de México, el gobernador Duarte se sincero, y dijo lo que dijo.
La metáfora alude a la inseguridad en el estado, que lo ubican como el tercero después del Estado de México y Tamaulipas, pero sobre todo a la realidad conocida y vivida por los veracruzanos respecto de las finanzas públicas. Sorprende la polémica confesión, si tomamos en cuenta que al inicio de la administración del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, el gobernador Duarte, recibió el nombramiento de Sub secretario de Administración y Finanzas, para convertirse posteriormente en titular del ramo, renunciar mas tarde y mudarse a San Lázaro para ser diputado federal por el distrito de Córdoba. Si alguien sabe de las tripas del muerto, es precisamente el Dr. Duarte.
Las opiniones de los adherentes a palacio de gobierno lo ubican desde muy valiente, por ser joven, arrojado, sincero, otros, los independientes, como novel en política. Lo cierto es que a más de un amigo le he comentado que casi en todas las fotos veo al gobernador sonriente, mientras que quienes le rodean poseen un gesto adusto, serio. Y la pregunta es de que se ríe el gobernador, si esta en los zapatos que esta, y conoce el desastre financiero, pero sobre todo el drama de miles de veracruzanos que están padeciendo por la ausencia de atención pública a sus diferentes peticiones, y sin respuesta mediata, ni inmediata a sus necesidades.
El desahogo del gobernador no remedia los males, porque tiene que ir acompañado con un informe pormenorizado sobre la puntual utilización del presupuesto mensual que deposita la Federación a Veracruz. Desglosar la crisis de liquidez por la que atraviesa el estado, con los necesarios y útiles detalles que en finanzas siempre son bien vistos, que lo vistan como gobernador y que siga diciendo verdades, con “pelos y señales”. La transparencia y rendición de cuentas deben ser realidad, no solo términos floridos de discurso en domingo de toros. Que ordene al “cisne” decir a las plumas orgánicas que dejen de ubicarlo como héroe mundial. El desacierto solo exhibe una vez más el acatamiento de aquellos, que la bohonomia de otros, sensatos, sugieren convertir el desliz, en fortaleza. Sin duda que saldría mas fortificado. El gazapo debe ser aprovechado para ventilar la fetidez de las catacumbas heredadas, pero también para ajustar cuentas con sus funcionarios y ex funcionarios, como Gabriel de Antes y Edgar Espinozo, a quienes renuncio sin siquiera investigarlos por los más de cinco mil millones desviados (según Claudio X González), que estaban destinados a la educación, y que nadie sabe, ni supo su destino.
Muchos querrán hacer “raja” del árbol caído, pero ése es el reto, ahí está la oportunidad para los estrategas del gobernador, que deberán de aprovechar para re posicionarlo con los tiempos políticos por venir. Ganaría en credibilidad, que es fundamental para la gobernabilidad, en tratándose de disputas ya no con los partidos, ni con los políticos de la aldea, sino con los tácticos de las finanzas nacionales de Hacienda federal, de que los dineros del estado se manejan honestamente, previas auditorias e informes de la Auditoria Superior de la Federación, al Congreso Federal. Transformar el error en oportunidad, es una máxima para los emprendedores, que como los sabios –según Shakespeare-, no se sientan a lamentarse, sino que se ponen alegremente a su tarea de reparar el daño.
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