Que regrese Buganza / Manuel del Ángel Rocha

El 12 de julio acudo a ciudad Judicial, invitado a las ponencias que organiza  el Foro de Abogados del estado de Veracruz,  con motivo del día del Abogado, que me comentan, son  la “contra” de la Barra de Abogados, -por cierto de  excelente nivel, pero con un problema de fondo, nada que ver con el sistema judicial veracruzano-. Para ello me traslado en taxi,  que abordo por la zona de los Lagos, el chofer, un adulto, bordando los cincuentas, que  a pregunta expresa de cómo va el día, en automático me refiere que mal, pero que irá peor a partir de la semana actual.

Es del dominio público que el mejor termómetro para conocer el clima – y no meteorológico precisamente-, en cualquier ciudad o estado del país -no sé si del mundo-,  son  los taxistas o los boleros.  Me comenta que existen casi  ocho mil concesionarios en  Xalapa, y que se siguen otorgando  placas, porque es un compromiso de la dirección de Transito estatal  con las organizaciones afiliadas al PRI, pero lo peor del caso es que a partir de la próxima semana empiezan vacaciones en las escuelas, y el 13 de julio,   el programa “Hoy no Circula”, que regía esencialmente para que los taxis  no circularan  un día,  dejará de funcionar,  y  los dos mil quinientos taxis que  descansaban, volverán a estar todos los días en  las calles xalapeñas.

En los quince a veinte minutos que dura el traslado a los edificios del Tribunal Superior de Justicia,  el taxista me platica de las peripecias para entregar la  cuenta al dueño, dejar el tanque lleno del auto y sacar  lo de su día, -que hay días, y varios, que no lo logra-, y entonces ya con los dos mil quinientos taxis en marcha, -no sé que voy hacer-. La angustia por la renta, la comida, los hijos, la casa, los gastos, y la existencia misma. Lo saco  de su ensimismamiento con  otra pregunta, y a quien le daría el merito por el “Hoy no Circula”, y a quien la responsabilidad por terminarlo, y como buen taxista,  informado, de inmediato me responde que quien forzó a iniciar el programa fue el entonces Secretario de Gobierno Gerardo Buganza, y quien está liquidándolo es  Arturo Bermúdez. Le reviro que Bermúdez es Secretario de Seguridad Pública que no tiene que ver con  el transporte público, pero tiene la fijación de que  aquél es  a quien hay que cargarle el muerto, y me agrega otro  elemento; el problema  de las grúas.    Le respondo que éste es un asunto heredado por Jorge Carballo, ahora secretario estatal de Desarrollo Social, a Erik Lagos, Secretario de Gobierno,  donde probablemente éste ni tenga que ver con el multicitado portento de corrupción que ahí se cobija.

Ya para llegar mi destino le pregunto qué cuantos años lleva trabajando en el medio, y que debería hacerse para remediar el grave problema de hacinamiento vehicular, la contaminación en Xalapa y la persistente corrupción en la entrega de  concesiones de taxis, y su contestación,  por inesperada, me deja sin comentario; que regrese Gerardo Buganza, y remata (ya cuando  estoy descendiendo del vehículo), -porque hay de políticos a políticos-.

Bueno, creo que el actual titular de la SIOP, suena o sonó para la gubernatura de dos años, y en política todo es posible, y coincido plenamente  en eso de que “hay de políticos a políticos”, porque en la actual administración del estado, urgen los políticos, su evidente ausencia se añora, y más  cuando las cosas se radicalizan, como el caso del grave problema del transporte público en Xalapa. Si la contrariedad del taxista y los  cinco u ocho mil trabajadores del volante,  la multiplicamos por diez, veinte, cien o mil ciudadanos  insatisfechos, nos encontraremos con   un gran ejército  que deplora el actual estado de cosas  en Veracruz.

Ya ingresado en el recinto jurisprudencial, con abogado puertorriqueño como ponente,  que desglosa los procesos sobre la necesaria oralidad en los juicios judiciales, porque en  casa de los “juristas, donde el Derecho es la ley”, a decir de don Manuel Gómez Morín, “las leyes no les han permitido ver la justicia”,  medio pensé en  la propuesta  del taxista, que siente y distingue muy bien lo que es y no es justicia, y me  pregunté si acaso  era ex panista, Cordobés o familiar de Buganza.