El Orfis, cuestionada imparcialidad / Manuel del Ángel Rocha

EscribirAquí no aplica el peyorativo de “burocracia”, cuya connotación es de   ineficiencia o lentitud  en el cumplimiento de sus funciones, porque de siempre, desde su creación en el año 2000,  el Órgano  de Fiscalización  Superior del estado de Veracruz (ORFIS),  que por sus atribuciones orgánicas, debe ser   garante  en el manejo correcto  de los fondos públicos  de la administración estatal y  municipal,  pero es todo lo contrario,  porque al revisar las cuentas publicas de los municipios y organismos públicos que no cuentan con protección política, están predestinados a ser observados por  desviaciones de recursos y el irreversible  daño patrimonial. Nunca  ha sido diferente, es tendencioso e inquisitivo  en sus auditorias, pero  únicamente en las haciendas donde  el padrino político  abandonó a su suerte al director o alcalde, y éste tendrá que defenderse por si mismo, aun y cuando en el  periodo analizado haya cumplido con la normatividad establecida.

Tal y como sucede en el Congreso local, donde se legisla por consigna,  el ORFIS señala únicamente a los municipios y entidades del  estado   que han incurrido en alguna indisciplina o deslealtad hacia algún partido, o político, y éste les ha retirado su apoyo. Aunque por supuesto el político debe pertenecer  al círculo que mantiene pactos con el poder estatal para que se cumpla con la reciprocidad negociada.  O de plano, por el solo   hecho de ser alcalde o funcionario de municipio pequeño, serrano, marginal, sin compadrazgo, ni relaciones políticas,  eres  sujeto de “bulling” o discriminación institucional por parte del  organismo fiscalizador.

 La justicia administrativa solo es para los hijos predilectos,  los funcionarios y municipios donde mas que  la transparencia administrativa,  es el acuerdo político  con el partido, el diputado, o el alcalde de extracción diferente a quien  gobierna el estado. El intercambio político y la opacidad en la información de los recursos son la moneda de cambio del ORFIS, así organice y gaste cualquier cantidad de dinero en capacitación para los funcionarios estatales y municipales. Así tenga a los premios nobel en las auditorias financieras y contables, la sentencia y sanción en  los resultados  de la cuenta publica del 2012,  solo nos indican que la fiscalización se sigue dando por  consigna.

 En la Administración estatal o municipal, la vorágine rapaz de algunos ex funcionarios o funcionarios, han dejado en estado de indefensión a dependencias y empleados,  que  laboran sin recursos, y desarrollan sus actividades con un ejemplar  sentido de servicio, del que están orgullosos y son los primeros en explicar e informar a los usuarios sobre  las  condiciones en que  trabajan.

 Y señalan con nombres y apellidos a quienes han utilizado los recursos de sus  organismos, dos de ellos, Luis Alberto Pozos Guzmán y Raúl Zarrabal Ferrat. Uno como ex alcalde de Xico y el otro ex secretario de la extinta SECOM, hoy Secretaria de Infraestructura de Obras y Publicas. Zarrabal, actual diputado,  exonerado al solventar, según el ORFIS, los 19 millones de pesos que detectaron de desvío durante su gestión, mientras  que Pozos Guzmán,  señalado por su comunidad por los excesos cometidos, pero también por haber traicionado al PRI y al Prof. Guillermo Zúñiga Martínez y  ganar la alcaldía por el PAN. Ambos son medidos por diferentes raseros, lo que extiende la duda sobre la imparcialidad y probidad del ORFIS, que solo abona a la nula credibilidad que existe sobre él.

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