En Veracruz, la economía de picada / Manuel del Ángel Rocha

ESCRITORMéxico es de los países más desiguales en el mundo. Las medidas económicas tomadas en los últimos 30 años han empeorado las condiciones de los mexicanos, de los veracruzanos, a pesar del trabajo diario, de una clase esforzada por mejorar sus niveles de vida. Aquella ilusión de finales de los setentas, el espejismo petrolero, hoy regresa renovado, con los nuevos de los Pinos, que nos aseguran que con las reformas energéticas y de telecomunicaciones, si habrá otro milagro mexicano, como el que se dio entre los cincuenta y los setentas. ¿Quiénes les creen,  no tendrán memoria de la severa crisis económica de 1982, ya con Miguel de la Madrid al frente del gobierno, o la devaluación del diciembre de 1994, llamada a nivel internacional, “efecto tequila”,  que entre Carlos Salinas y Ernesto Zedillo se culparon recíprocamente?.

Los responsables de la política económica  siguen navegado con pretextos baladíes para no cobrar mayores impuestos a los multimillonarios mexicanos, que acaso serán  unas cien familias que viven como las monarquías de abolengo de  siglos pasados.  Los favores y compromisos políticos son mayores, que incluso hacer más competitiva y productiva la economía nacional.

Quienes dirigen el país, no quieren mejorar   los salarios de los trabajadores, tampoco se ven a corto plazo políticas más redistributivas del ingreso nacional, como tampoco se ha puesto énfasis en afectar la riqueza perenne del monopolio de las élites económicas del país.

Quienes hoy dirigen los destinos de México no han creado un estado de bienestar, que asegure una base más equitativa para todos. Porque la insaciable clase “empresarial” se ha quedado con la mayor parte del beneficio del lento crecimiento, y la lenta mejoría de la productividad.

Los excedentes han ido a para a sus bolsillos, mientras que los trabajadores, los productores, obreros y campesinos, han cargado con los déficits, con las perdidas, y ahora le endosan el rescate de PEMEX y la CFE, como antes fue el FOBAPROA. Según Noam Chomsky,  en el mundo 230 familias poseen el 80% de la riqueza mundial, lo que proyecta en consecuencia que se eternice la bárbara desigualdad planetaria. Mientras esta desigualdad persista,  tanto en México, como en Veracruz se vivirá la eterna problemática social y de seguridad, que pone en jaque cualquier intento de justicia y bonanza económica.

 En Veracruz, según el economista Hilario Barcelata,  la economía ha colapsado el primer semestre de 2041,  al cerrar 921 comercios, y dejar sin empleo a 35 025  trabajadores del sector primario e industrial, de los cuales 21 mil 827 se añadieron al sector informal, y 10 mil se quedaron sin actividad productiva alguna,  como resultado de un raquítico consumo y una inexistente inversión. Los datos del economista arrojan un total de un millón 175 mil personas en el sector informal,  de los que 824 mil se encuentran en la informalidad, 195 ejecutan  actividades  de agricultura de subsistencia y 159 mil están haciendo trabajo doméstico.

Problemas estructurales que atañen a políticas públicas del gobierno nacional y local, que confirman que no tienen respuesta  a las necesidades de crecimiento y desarrollo de los asalariados, de los trabajadores y sus familias. La dura realidad económica así lo muestra,  que da pena y  tristeza  cuando son  los datos  estadísticos, que lo ratifican,  y a la par se explica,  la interminable inconformidad social que no para de hacerse evidente en la Plaza Lerdo, todas las semanas del año.

 

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