A propósito de los pueblos indígenas / Manuel del Ángel Rocha

EscribirA propósito de los pueblos indígenas, el presidente Enrique Peña Nieto participa en las Naciones Unidas, en la Conferencia Mundial, aprobada apenas en 2007, para  ventilar su grado de desarrollo en las naciones donde existen estos grupos sociales.  Y no se entiende la existencia de las comunidades étnicas sin la  posesión o propiedad de sus tierras. Su lucha  es milenaria, en Mesoamérica, en Teotihuacán, desde antes de la llegada de los españoles,  con el dominio territorial de los Aztecas, que estando en  camino por convertirse en un imperio, los sorprendió la llegada de los invasores. Las tierras eran propiedad comunal de sus pobladores originarios; los indios. Término que se acuña  propiamente con la  conquista,  porque antes solo eran pueblos reconocidos  entre ellos, por su identidad social y cultural. Y con ello se inicia el largo proceso de discriminación para  los pueblos de Mesoamérica, que al día de hoy sigue  vigente. El indio ocupa una categoría inferior, que además por sus concepciones  y prácticas religiosas, se le imputan la encarnación con el mal,  con el demonio.  Con esa visión el conquistador destruye  las estructuras de organización social, en que descansaba el gobierno de los pueblos originarios; estados, señoríos, y unidades étnicas grandes, desparecieron. Incluso  eliminaron físicamente a dirigentes, sabios, sacerdotes, jefes militares y políticos, hasta  reducirlos a  macehuales, la última clase social en la estratificación azteca.

Con la justificación de que la violencia en la conquista  era legítima, se tenía que destruir del alma de los idolatras (indios ateos), y los sanguinarios guerreros españoles se tomaron a pecho que el propio Papa  había autorizado a la Corona  española, al Rey, el derecho de masacrarlos. Las matanzas de Cholula y del Templo Mayor dan cuenta de ello. El magnicidio era justificado porque era la salvación de los vencidos.  La biblia y la cruz,  de la mano de armaduras, perros, espadas, lanzas de hierro, pólvora, caballos, arcabuces, etc..  Ese fue el binomio del poder durante los tres siglos de la colonia; la iglesia y la monarquía sometiendo de manera brutal a los pobladores naturales. La violencia, basada en la superioridad militar es la razón última de la dominación de la Corona.

Pero hoy las cosas, con una ligera capa de barniz, no se presentan tan diferentes. El  relanzamiento del modelo neoliberal, con las reformas a la Constitución, ponen una vez mas en predicamento a los pueblos indígenas, sobre todo en aquellas zonas donde ya se tienen detectadas reservas de gas y petróleo por explotar. Tanto investigadores, como lideres agrarios, defensores del campo y de derechos humanos,  y gente de renombre en  humanidades y ciencias sociales, nos refrescan la memoria para decirnos que a cinco siglos de la conquista española, los pueblos originarios siguen siendo los más vulnerables  de este inequitativo modelo de desarrollo.

Es evidente que el desmantelamiento del campo mexicano agrede las condiciones de vida se los pueblos indígenas, pero lo peor aun, es que las reformas aprobadas en el Congreso Federal, plantean la posibilidad  real y de facto,  de que las concesiones que la ley otorga a los particulares para la extracción petrolera y  minera,   puedan  despojar de sus tierras  a particulares y comunidades. En particular la Ley Energética que privilegia  el interés  público sobre los intereses y necesidades de todos los grupos e individuos, donde la ocupación territorial y la  fractura hidráulica (fracking), serian acciones que   desmantelarían aun más la vida de los pueblos indígenas.

 Hoy  se quiere sembrar una nueva etapa para el desarrollo de   México,  pero  la  visión criolla es la misma de quienes han gobernado al país desde la colonia. En su visión no cabe la idea del respeto a la diferencia social y étnica. La ambición del conquistador por las tierras y los  tesoros naturales de los pueblos originarios, todo lo invade. El control y poder  son para seguir   depredando su vida, su  existencia, a pesar de ser  los únicos propietarios naturales de sus tierras.  Sera importante saber que dice el presidente Enrique Peña Nieto sobre una civilización negada, que en la realidad solo sirve a los criollos, a los políticos en sus  discursos.    

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