Becarios o sicarios / Manuel del Ángel Rocha

ESCRITOREl título de la presente columna no es mío, lo leí hace uno o dos  años a un periodista del sur, no recuerdo si el medio era de Coatzacoalcos o Minatitlán,  que trataba el mismo asunto de hoy, con el aderezo de los hechos que vive el país con sus estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa en Guerrero, y el paro de actividades en el Instituto Politécnico Nacional, y con el gobierno del estado  con el mismo problema para sus becarios, no solo con los que están en Veracruz, sino también con aquellos que están en otras universidades del país, pero sobre todo con los que están fuera de él.  Ha resultado un calvario para los estudiantes la falta  de compromiso social  del gobierno, que  ante la ausencia oportuna de depósitos,  una gran cantidad de ellos han desertado de sus estudios de especialidad o posgrado, y han regresado al estado, o en los lugares que realizaban sus estudios se han dedicado a trabajar en infinidad de oficios; lavaplatos, corta césped, cuida niños, elaborar artesanías, mesereando. Otros, en virtud de su nivel de excelencia, han sido pertinentemente becados por las mismas universidades o institutos  en que estudian o estudiaban.

Cuando en Septiembre, el 15,  el gobierno del estado trajo a los Tigres del Norte para amenizar la noche del  Grito, alguien de los invitados que estuvo en la “comelitona mexicana”, me comento que el contrato había sido por cinco millones de pesos,  y por adelantado (que por cierto al día siguiente, el  16, a través de las redes, trascendió   que el gobernador Javier Duarte, posterior a  la guardia de honor  a los héroes de la Independencia, en supuesto estado etílico, y en un lapsus, dio a conocer la construcción de la autopista Cardel-Tuxpan, que difundió a ocho columnas el NOTIVER). Ante tal información por el supuesto egreso, para los padres de los estudiantes  solo queda la lamentación, por el exceso  de estulticia, y   la liviandad  de esas acciones, que tildan de poca responsabilidad, al dejar sin sus  becas por meses, a cientos de estudiantes foráneos, solo para erogar gastos  superfluos, como si  la conciencia pública no se percatara de los gazapos de la clase política. Por ello es que en las redes sociales, las organizaciones independientes, y  nuestra   convulsionada sociedad, no lo dejan en paz.

De España, Inglaterra, Argentina, Brasil, Francia, o de Monterrey, Guadalajara, Mérida,  el DF,  u otros países  del mundo, o estados del país, los estudiantes de especialidad y posgrados claman les cubran sus respectivas becas. Apenas en días pasados el diario 24 HORAS, en excelente reportaje señalaba que de una muestra tomada apenas de cuatro estados (Sinaloa, Morelos, Hidalgo y Coahuila), de  más de cinco mil adolescentes presos, estos aceptaban haber consumido alguna droga, pero lo peor de ello, es que más mil doscientos eran sicarios, “halcones”, o distribuidores de droga, que  fueron enganchados  por las bandas de  narcotraficantes. Si hacemos una prospectiva  para los 32 estados, habría unos diez mil adolescentes encarcelados por haber estado ligado al narco como sicarios, informantes o distribuidores.   Pero fue Rogelio Ortega Martínez, Gobernador Interino de Guerrero,  quien  al analizar las causas de la inserción de los jóvenes  al  inframundo de la droga (en entrevista televisada), señaló que  la alimentación insuficiente, la educación deficiente, y la constricción en la matricula por promedio,  al presentar su examen al siguiente  nivel educativo y no aprobarlo,  hacen que miles de jóvenes se vayan rezagando, y  se  dediquen al trabajo informal. Se quedan sin actividad productiva, y   desempleados son reclutados por las bandas criminales, que sin una mínima contención han penetrado de manera natural el tejido social. El ex funcionario de la Universidad de Guerrero, aseguro que el narco está presente en la estructura económica creando por lo menos un millón y medio de empleos directos.

 En el  reportaje del diario 24 HORAS,  la investigadora del Colegio de México, Elena Azaola Garrido, agrega que la fábrica de sicarios en México es fomentada por las omisiones del Estado,  como el incumplimiento a la  responsabilidad de seguridad social y la procuración de justicia, que han multiplicado la pobreza,  coadyuvado con la deserción escolar. Esta es  una de las principales causas de la violencia, que se origina ante la falta de oportunidades de desarrollo, y apoyo  de  la familia o del gobierno. Esta violencia impulsa de manera directa al crimen y a las actividades delictivas.

En Veracruz, la agresión para los estudiantes  que cursan sus estudios en el extranjero, o en  universidades del interior del país, es del  gobierno del estado, por su omisión al haber aceptado su responsabilidad de becarlos y apoyarlos en sus estudios, y  no cumplir. Desde hace meses los tiene abandonados, mientras que en bacanales y propaganda ligera, se apresta a medio cumplir con los juegos centroamericanos.  Se han gastado cantidades inmorales de dinero en publicidad, porque quieren convertir a gobernantes muy menores, apenas de media tabla, en prohombres de Estado, solo para satisfacer  egos personales. Que podemos esperar de un gobierno que  abandona a su suerte a lo mejor de sus hijos; los estudiantes de excelencia, que han librado todas las batallas para impulsar sus vidas personales y profesionales, solo para ser objeto de engaños y promesas incumplidas. Pero eso si, ya el tesorero estatal Tarek Abdala, prepara los dineros, pero para las campañas políticas de sus compañeros del PRI, mientras los becarios preparan sus maletas para regresar  a su tierra sin haber concluido sus estudios, con el riesgo de retornar a   las etapas  que  ya habían superado, y    sortear el peligro de ser enrolados por la delincuencia organizada como posibles sicarios.

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