Por un instante, el Gran Café de La Parroquia se convirtió en un café-cantante, en un reducto de la nostalgia por el veracruzano más universal, Agustín Lara, El Flaco de Oro, cuya presencia sigue vigente a 44 años de su partida en 1970 en el Hospital Inglés de la Ciudad de México.
A unos días de celebrar su aniversario luctuoso, Veracruz se congrega en torno a la figura del tlacotalpeño para rendirle un homenaje permanente en el Festival Agustín Lara 2014, que este año se lleva a cabo del 04 al 08 de noviembre en Xalapa, Veracruz y Tlacotalpan, auspiciado por el Gobierno del Estado y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
El evento inició actividades con Un Café con Lara, que congregó a especialistas y cantantes como el escritor y periodista Pavel Granados, el etnomusicólogo y doctor en Historia Regional Rafael Figueroa Hernández, la cantante Aminta Ruíz Pazos, doctora Liliana López Ascorve, Maty Bello, Ernesto El güero Kenen y el grupo Nematatlin.
De esta forma, entre el tintineo de las cucharas sobre los vasos de café y la tertulia acostumbrada de los tradicionales cafés del puerto, la charla derivó sobre la complicidad y camaradería entre Antonia Peregrino, Toña La Negra, y Agustín Lara, compadres y pareja musical por antonomasia. Tan compenetrados el uno del otro que sus nacimientos, en Veracruz y Tlacotalpan, tienen diferencia de dos días: Toña nace el 02 de noviembre y Lara el 30 de octubre.
Su muerte también coincide, Toña falleció el 19 de noviembre y El Flaco el 06 del mismo mes, comenta en la mesa Aminta Ruíz Pazos, quien fuera cuñada de la cantante, por ser hermana de Vitillo Ruíz, su esposo durante nueve años. “Toña era mujer de su casa, reservada, rehuía de las entrevistas y solía salir únicamente para sus actuaciones y compromisos profesionales”.
A su vez, Figueroa Hernández, autor del libro Toña la Negra, a 100 años de su nacimiento (2012), menciona que Lara escribió especialmente para ella las canciones Oración Caribe, Lamento jarocho y Palmera, una gran parte de la Suite Veracruzana que incluye la parte caribeña de su música.
A lo cual, Pavel Granados, coautor de Mi Novia la Tristeza, biografía musical del compositor, agregó que incluirá Veracruz, tema dedicara como un tributo al cariño que la tierra jarocha siente por él.
El propio Lara reconocerá que el único lugar donde reconocen su talento es Veracruz y la anécdota se sitúa precisamente en Xalapa, en una gira que el pianista realiza al lado de Juan Arvizu, el tenor de seda.
Pero fue hasta siete años después, entre 1935 y 1936 que El Flaco de Orocumplió su promesa, ahora en el Hotel Diligencias, donde habitualmente hizo estancias en sus viajes al puerto jarocho, donde hizo el primer bosquejo de la canción que se convertirá en el segundo himno de todos los veracruzanos.
Acompañado del vate José Luis Díaz Castilla, Agustín escribió las primeras líneas de aquel rinconcito donde hacen su nido las olas del mar, obra de la cual hay cuatro o más versiones, hasta la última, que se exhibe actualmente en la Casa Museo Agustín Lara, La Casita Blanca, y que forma parte del archivo de Angelina Bruschetta, primera esposa del tlacotalpeño, durante cuya época tuvo su época más prolífica y significativa para sus grandes éxitos.
La mejor interpretación del tema es la versión de 1948 en la voz de Toña la Negra y la Orquesta de Antonio Escobar, afirma Granados, gran conocedor de la vida y trabajo del veracruzano. Más de 20 años de investigación reunidos en los tres tomos de Mi novia la tristeza, que incluye cancionero, álbum con 800 fotografías y la biografía novelada, publicada por Editorial Océano y el Gobierno del Estado en 2008.
Un ejemplar se obsequió entre los asistentes que participaron cantando espontáneamente las canciones de Lara: Raúl Zenteno, Joel Avalos, el compositor y músico Hugo Ceballos y hasta el tenor Armando Mora que se integró a la tertulia, volviendo La noche tibia y callada un nostálgico homenaje al inmortal Agustín Lara.
Veracruz, Ver., 05 de noviembre de 2014
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