El de Acayucan, un alcalde timador / Manuel del Ángel Rocha

ESCRITOREl pasado proceso electoral  para renovar las 212 alcaldías y la legislatura local (del primer domingo de Julio del año pasado), resultó un verdadero experimento político para el gobierno del estado, porque pudo operar la estrategia de colocar  a sus candidatos con los demás partidos, sus aliados políticos,  que de manera fiel jugaron con las cartas del que tenía la “banca” (el dinero),  para apostar en el juego electoral. Así, hasta aquellos partidos que se dicen de oposición ganaron muchas alcaldías, con candidatos que pertenecen a la estructura del poder. Poder que condescendió con todas las fuerzas políticas, para mantenerlos en su seno y tranquilos.

Así postuló por Alvarado, Mísantla, Acayucan, Papantla, Panuco, y todos los municipios del estado a  candidatos  de su partido, el PRI, pero también utilizó los registros del PANAL, el VERDE, el AVE, el PRD, creo que también del PT y hasta del PAN, para que  su otra camada de aspirantes,   participara en la pelotera.  De chile, manteca, dulce, y todos los sabores y colores  había en la  vitrina. No se   distinguían por su posición ideológica o  política, no lo había, no la hay. El sentido era ganar votos y alcanzar la alcaldía por cualquier partido (aliado) y a cualquier precio, y desde ahí confraternizar con el centro, al que pertenecen. Porque lo  trascendente, el objetivo central de la estrategia de palacio de gobierno, era reducir a cenizas los municipios panistas de Miguel Ángel Yunes Linares,  y que éste no alcanzara la diputación local, como sucedió.

El gobernador Duarte, el presidente del PRI, Erik Lagos, su entonces secretario particular Jorge Carballo, y por supuesto el ex gobernador Herrera Beltrán,  fueron los operadores  en aquel proceso, donde individuos sin sentido de pertenencia fueron subidos en vilo al carromato, que aún no alcanzan a entender que su nuevo rol debe ser homogéneo al de su grupo. Ya el dirigente del AVE Alfredo Tress Jiménez, conminó a sus alcaldes a conducirse de manera transparente, situación que no ha asumido Marcos Martínez Amador, Presidente Municipal  de Acayucan, postulado por ese partido.

De muy bajo perfil,  reclutado de la Asociación Ganadera local, y apoyado por el Secretario de Gobierno Erik Lagos, Martínez Amador (que se dice además,  operador principal para la diputación federal del funcionario),  una vez obtenida la victoria y ya como presidente electo se dedicó a solicitar apoyos económicos y técnicos, enviando al contador Roberto Silva de Jesús, Ing. Ramón Maldonado Hernández, e Ing. Jairo Duncan Cano, estos últimos funcionarios de Obras Públicas.  Los colaboradores solicitaron 200 mil pesos a la empresa CR Construcciones, a cambio de la adjudicación de obras, cantidad que se entregó parcialmente al totalizar 133 mil pesos, a través de depósitos bancarios y en efectivo a los  personajes aludidos. Convinieron con la empresa la realización de trabajos de topografía en las comunidades de Corral Nuevo, San Ángel, y otras, casi en misma dirección de la carretera Minatitlán-Veracruz-Acayucan, totalizando un trayecto de 33 kilómetros, cuyo costo aproximado fue de 10 mil pesos por Km.,  donde CR Construcciones utilizó personal técnico por un periodo mayor de mes y medio asumiendo el total de los costos de  operación.

Adicionalmente  los representantes de Marcos Martínez Amador,  solicitaron la realización de un proyecto ejecutivo de introducción de  drenaje sanitario, pluvial y alcantarillado en las mismas localidades, entregando un plano topográfico, mismo que ya fue autorizado por el titular de  CAEV Francisco Valencia.  La empresa tuvo que hacer un desembolso inmediato de 40 mil pesos para cubrir los emolumentos de proyectista. A la fecha ni alcalde, ni colaboradores han dado,  ni  audiencia, ni obra  a  la constructora,  que requieren el pago de 512 mil pesos por los trabajos realizados, y dinero en efectivo entregado. Pero esta solo es una de las empresas embaucadas, porque existen otras que ya preparan las demandas correspondientes ante la autoridad judicial,  para hacer efectivos los documentos  firmados por los representantes del alcalde.

Marcos Martínez Amador ha logrado en apenas ocho meses de estar al frente del Ayuntamiento de Acayucan, la unión  de todos los actores políticos de su municipio y la región, pero en su contra. Ya ni los ganaderos, su sector, lo apoyan, menos la familia Vázquez Saut,  perdedora de la alcaldía. Pero el  colmo para el alcalde, es que contraviniendo las reglas de operación de BANOBRAS,  ha utilizado el crédito que en visita reciente al estado le dio el Director General Alfredo del Mazo Maza,  destinado únicamente a la construcción de infraestructura, pero que es utilizado para la compra de camionetas Toyota  blancas, que la mayoría del cuerpo edilicio presume en los derredores del municipio. El hecho es   punible porque lesiona el patrimonio de municipio,  al desviar de recursos federales destinados a la siembra de obras y la consecuente mejora de vida de sus paisanos, y violenta  la norma de aplicación de la Banca de Desarrollo.

Con estos alcaldes, su actuación pública, y el manejo de los recursos no importan, mientras siga fiel a los mandatos del poder de palacio, porque a pesar de los desvíos nunca serán sancionados (como la hija  católica, prostituta, mientras vaya a comulgar). Pero el caso además de ético y de honestidad, es político,    para el Secretario de Gobierno Erik Lagos, porque una  vez ungido como candidato a diputado federal por ese distrito electoral,  se vislumbra una evidente derrota, porque su “representante”,  como lo pregona Martínez Amador, acumula desprestigio, torpeza y corrupción a pesar de su corta estancia al frente del Ayuntamiento. 

  

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