Violencia de género nace en infancia: ONU Mujeres

Marco Valencia

Con base en estudios y encuestas, Juliette Bonafe, representante de ONU Mujeres, mencionó que en la actualidad, los estereotipos culturales se insertan en la mente de las nuevas generaciones desde su infancia; por ejemplo, muchos niños (varones) piensan que las niñas sólo deben jugar exclusivamente con muñecas y ellos deben dedicarse a juegos más violentos, inclusive, de contacto.

Durante su conferencia magistral, impartida en la Universidad del Claustro de Sor Juana, como parte del Coloquio Internacional de Derechos Sexuales y Reproductivos, explicó que muchas veces, los juguetes reproducen el patrón sexista de la sociedad, pues a las niñas les regalan juguetes como planchas, juegos de té, micro hornitos, etc., es decir, se les brindan instrumentos que la misma sociedad cree que las mujeres están destinadas a ser: amas de casa.

 Por otro lado, explicó, los juguetes brindados a los varones son violentos, poco sensibles, alejados de labores domésticas o cualquier oficio; los niños juegan deportes, fútbol, por ejemplo, y desde esa edad se crece con la idea que el balón pie es un deporte exclusivo de caballeros.

Este problema radica en una invisibilización de la violencia de género, pues ideológicamente se refiere a la mujer como inferior al hombre. Este tipo de violencia se encuentra tipificada en la Organización Mundial de la Salud (OMS), institución que define tal concepto como el uso intencional de la fuerza o del poder físico como amenaza o de hecho, ya sea contra uno mismo, persona, grupo o comunidad que cause lesiones, muerte, daño psicológico o privaciones.

Las primeras víctimas, en cifras a nivel mundial, son las mujeres, de acuerdo con la especialista, debido a los estereotipos sociales que se ligan a ellas. Por eso, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres ha puesto en focos rojos los casos que se han dado de violencia, ya que se da en cualquier tipo de espacios, como la casa, escuela, oficinas, entre otros.

El problema de la violencia que se da en la casa, llamada intrafamiliar, era reconocido como un asunto privado o pasional, donde las instituciones o el Estado no podían incidir. Gracias al trabajo de algunas activistas, quienes trabajan a favor de los derechos de las mujeres, estos casos se tipificaron como violencia y se omitió la parte pasional, concluyó.