Austeridad y eficiencia en el gasto público / Héctor Yunes Landa

 

ESCRITOREl entorno económico internacional se ha visto afectado por diversos eventos inesperados como: la recesión en Japón, a pesar de las medidas implementadas, el conflicto entre Estados Unidos y Rusia por las movilizaciones en Ucrania, la caída del euro a niveles no vistos desde 2009 y la división respecto de las medidas que deben aplicar para impulsar la recuperación y, principalmente, la caída histórica en los precios del petróleo que ponen en riesgos la economía de países productores y consumidores.

 

Para México existe un pronóstico de recuperación a lo largo de 2015, pero el entorno económico internacional ha provocado volatilidad en los mercados financieros globales, lo que genera riesgos de desaceleración en las economías; por eso, el presidente Enrique Peña Nieto dio instrucciones precisas de tomar las medidas preventivas para manejar con prudencia la economía de nuestro país.

 

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público informó su compromiso para mantener la disciplina fiscal y la estabilidad macroeconómica, impulsando especialmente el desarrollo nacional, protegiendo ante todo y sobre cualquier coyuntura, la economía familiar.

 

Para ello, realizará ajustes por 124 mil 300 millones de pesos al gasto público, lo que equivale al 0.7% de nuestro Producto Interno Bruto (PIB). Cabe precisar, que dos terceras partes del ajuste recaerán en el gasto corriente, es decir, las relativas a sueldos y viáticos de mandos medios y superiores, en los gastos de comunicación social y en los presupuestos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

 

Por otra parte, se nos ha informado que los grandes proyectos de infraestructura se van a desarrollar de manera gradual y responsable, procurando avanzar con paso firme a la vez, manteniendo la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México por las posibilidades de crecimiento que representa; pero se suspende temporalmente la construcción del tren de alta velocidad México – Querétaro y, de manera definitiva, el tren transpeninsular Quintana Roo – Yucatán.

 

Es importante resaltar que los recortes se aplicarán al gasto corriente del gobierno federal, reduciendo 10 por ciento la partida para los sueldos de mandos medios y superiores, 10 por ciento el gasto de plazas eventuales y 10 por ciento el gasto en comunicación social. El gobierno quiere hacer más eficiente la administración pública reduciendo su costo para los mexicanos.

 

Derivado de estas decisiones responsables se pretende que la política del gasto público se encuentre en línea con los precios del petróleo, logrando un déficit público decreciente, con tasas de interés e inflación estables y lograr el crecimiento previsto para México entre el 3.2 y 4.2 por ciento.

 

Los mexicanos no podemos, ni queremos, correr riesgos económicos, por eso habla bien la prudencia con que está actuando el gobierno federal, que de manera responsable está pensando, sin tintes proselitistas, en la economía del país al controlar el gasto público sin afectar rubros cruciales para el desarrollo como son el programa Prospera, el destinado a las Universidades, subsidios para la vivienda, así como para la conservación de las carreteras federales y caminos rurales, cuyo presupuesto tampoco será reducido ni el recurso para las entidades federativas a través de los ramos 23 y 33.

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