Recortes presupuestales (I) / Lino Perea Flores

Lunes 2 de febrero de  2015.

Para varios economistas como José Yuste de Excélsior más Fórmula Financiera, Enrique Quintana de El Financiero y Enrique Campos Suárez de El Economista, entre otros,  la comidilla del día son las señales que advirtieron desde la semana pasada lo que para la gran mayoría parecía inminente, que era meter la tijera para recortar el gasto público “en forma marginal”, en virtud de estarse financiando un déficit público que venía creciendo alarmantemente, hasta haber llegado a principio de este año a un 40% del PIB y que de seguir aumentando hubieran desastrado la economía mexicana. Por lo que a nosotros respecta, ya desde septiembre del año pasado estuvimos advirtiendo, que debido a la caída de los precios internacionales del petróleo y el desplome en la producción de crudo de México, sería imposible sostener un ritmo de crecimiento del gasto público, que a todas luces resultaba oneroso para los mexicanos.

LINOHabrá que ver si los funcionarios públicos de la alta burocracia de los tres niveles de gobierno, van a solidarizarse con la población del país y se recortan un porcentaje de sus altos sueldos, en lugar de seguírselos incrementando; habrá que ver si se le pone coto a la corrupción y se transparenta el quehacer público a través del Internet. Esto sí que serían grandes noticias para los mexicanos.

Como lo decíamos desde septiembre del año pasado cuando advertíamos este problema: “…Crédito significa siempre pedir prestado o prestar, que en el caso de la economía mexicana significa llanamente endeudarse, lo importante es que esta condición de deuda se mantenga en los límites razonables, que ya hemos visto que en otras ocasiones han llevado a nuestro país al borde del precipicio, todo por aparentar que es porque “se hace mucha obra pública”, o porque “se nos tiene como excelentes acreditados y por eso nos prestan”, cuando en realidad lo que está sucediendo es que los recursos financieros para solventar los gastos de gobierno son insuficientes, ya sea por gastar más de lo que se debe o por unas finanzas deficitarias que se vienen arrastrando ya por generaciones, es decir, “es lo normal”. Todo será, pero un hecho es incontrovertible y es que no debemos sobregirar nuestras finanzas..”.

Lo relevante para los mexicanos es comprender que el horno no está para bollos, aceptar al fin la realidad de que los déficit en los presupuestos de la nación y como colofón de las entidades federativas, se completaron con los ingresos por exportación de petróleo crudo por décadas, fue sin duda el expediente al que se recurrió cuando los precios y producción eran crecientes, la verdad de hoy es que recurrir a ese subterfugio ya es imposible, aunque nos lleve a pensar que otra vez seremos los mexicanos quienes “paguemos el pato”; por lo pronto no hay de otra, pero lo que deberá ser de ahora en adelante, es que el sacrificio tenga que ser parejo y que no haya privilegios para unos cuantos con el castigo para las mayorías. Ojalá y así sea, porque la población ya está hasta la coronilla de injusticias y atropellos, por ello los recortes presupuestales en puerta, deben verse como la oportunidad para dar un giro a nuestra economía que nos aleje de prácticas que solo beneficien a unos cuantos, de otra forma se acentuará la mala distribución del ingreso y pobreza para la población en general.

En el imaginario del economista existen valores como la equidad y la justicia para todos por igual, aunque la realidad no vaya de acuerdo a estos buenos deseos, por lo que debemos avanzar comprendiendo y llevando a buen puerto, algunos de los principios económicos más elementales, que nos dicen que si queremos aumentar y distribuir mejor la riqueza de México, lo que conviene pensar y hacer es aumentar el consumo racional de los mexicanos, incrementando precisamente sus ingresos pero no con decretos ni con aumentos en el gasto corriente de gobierno, si no con acciones reales con mayores inversiones productivas que generen mejores empleos y mejores salarios.

Ante la astringencia presupuestal lo que conviene es un cambio positivo de actitud, que nos debe poner a pensar que al manejar los recursos de la nación, humanos, naturales, materiales y financieros, lo tenemos que hacer de una manera más eficiente y eficaz, manteniendo nuestras fortalezas y oportunidades para el benficio de todos. Por ello, la moralina es que los empresarios se aboquen a generar y transformar los recursos naturales y servicios con su genio y creatividad, que los gobiernos se apliquen en mejorar y proporcionar los servicios públicos y la infraestructura requerida con beneficios tangibles para los mexicanos, pero administrando con probidad, transparencia y sin dispendios.

Comentarios:   perealino@yahoo.com.mx  (*)Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.

Be the first to comment on "Recortes presupuestales (I) / Lino Perea Flores"

Leave a comment

Your email address will not be published.


*