Gritos en el desierto / Rodolfo Herrera

 

Sin subalternos de confianza, sin colaboradores eficientes y con todos los flancos abiertos, el gobierno del estado enfrenta su crisis más severa y mientras todos los problemas se le vienen encima, el jefe del ejecutivo parece gritar solo en medio del desierto que vamos bien.

ESCRITOR    Con un gobierno en pleno descenso, Javier Duarte no se da abasto para mitigar las penas que le provoca la acusación directa de la Auditoría Superior de la Federación, por malos manejos en la cuenta pública y por duplicar el nivel de endeudamiento en 41 mil 355 millones de pesos.

El auditor Superior de la Federación Juan Manuel Portal Martínez, parece no tener miramientos contra el gobierno duartista y ejemplificó que se mantienen observaciones en la cuenta pública de 2013 por 7 mil millones de pesos, esto aunado a advertencia de acción persecutoria contra funcionarios del estado que han dispuesto a placer del erario público, como el caso del Seguro Popular cuyos recursos atienden rubros ajenos para los cuales es etiquetado ese dinero.

Entonces cómo entender que mientras la ASF inicia señalamientos directos contra funcionarios estatales por muy malos manejos en los recursos públicos, sobre todo en rubros del combate a la pobreza que ha sido la principal bandera del gobierno del presidente Peña Nieto, se le vuelve a dar nombramiento a Ranulfo Márquez como Secretario de Desarrollo Social, cuando lo único que ha demostrado saber el “Tonicho” es emplear el dinero de las arcas para crear los grupos de contención para los procesos electorales, dicho por él mismo.

Aun habiendo puesto en riesgo del principal programa del Presidente de la República como delegado de Sedesol, a alguien se le ocurrió la brillante idea de sentar al Tonicho justo detrás del Enrique Peña Nieto en su más reciente visita, ahora como flamante Secretario de Desarrollo Social.

Aún sin reponerse del escándalo financiero, una nueva noticia sacudió al sistema, el procurador de justicia Luis Ángel Bravo Contreras tiene que admitir que se les acabaron los argumentos jurídicos para seguir manteniendo encarcelada a la periodista Maryjose Gamboa y declaró que “ese asunto no le quita el sueño”, una salida tan infantil como el “al cabo que ni quería”.

En medio de todo esto, es el propio gobernador Javier Duarte quien parece asumir con valentía los riesgos que le resulten por tan ineficientes colaboradores y aun así se le dio nombramiento a personas de probada incapacidad administrativa, como es el caso de Ranulfo Márquez que fue destituido por la Secretaria de Sedesol Rosario Robles Berlanga, Yolanda Gutiérrez Carlín como Secretaria de Protección Civil luego de que fue señalada por su sucesor por haber hecho un quebrando de 500 millones de pesos en el Sistema de Agua y Saneamiento de Veracruz, Mauricio Audirac Murillo como Secretario de Finanzas aun cuando se sabe que permitió todo mientras fue titular del Orfix, organismo señalado precisamente por el Auditor Superior de la Federación.

Los nombres van y vienen engrosando la lista de la ignominia como es el caso del chilango Enrique Ampudia Melo como Secretario Particular, cuando apenas unos cuantos meses salió por la puerta trasera con la cola entre las patas, padeciendo la resaca que le provocó su ex patrón, que se hartó de evidenciarlo como un activo inservible contra los opositores; otro más, Gabriel Deantes que pasó de vendedor a acaudalado y nuevamente enfundado como flamante funcionario.

Sin dinero, con severos señalamientos al gobierno estatal, los candidatos del PRI a diputados federales se ven débiles, en espera del rescate movilizador de última hora, orquestado desde palacio de gobierno, que les garantice el voto duro para rescatarlos.

Firme y decidido, Javier Duarte ha tenido que enfrentar solo los problemas, sin que haya un solo funcionario que pueda salir al paso en defensa del gobierno, pero no es así, todos permanecen agazapados, cobijados a la sombra del mandatario que expuesto ante las cámaras vuelve a repetir con seguridad que vamos bien.

RETA PANISTA AL PADRE SOLALINDE

Pobre o más bien paupérrimo resulta el militante del PAN Carlos Enrique Escalante Igual, hoy flamante Fiscal de Atención a Migrantes en Veracruz, quien prácticamente retó al defensor de los migrantes Padre Alejandro Solalinde a que señale dónde hay desaparecidos, no es la primera vez que el presbítero es retado por las autoridades. Mire usted, recién ocurrida la desaparición de normalistas en Ayotzinapa, el Padre solalinde con esa valentía que le caracteriza declaró que los normalistas habían sido asesinados y quemados. El hecho provocó gran controversia e incluso no faltó quien desde la procuraduría amenazó con citarlo a declarar. Pero no fue necesario, pues el párroco se presentó solito a hacer su declaración y pareció que se les apareció el diablo, alguien se le acercó y le hizo saber “Padre, nosotros le llamamos si hace falta”, tiempo después el titular de la PGR Jesús Murillo Karam admitía que los normalistas habían sido asesinados y quemados. Otras veces más, periodistas en cadena nacional en Estados Unidos intentaron hacer trastabillar a Solalinde sin conseguirlo. Ahora, a este flamante panista se le ocurre decir: “Si él tiene datos que nos los haga saber, yo le pido al padre pues que me diga en dónde, no nada más que señale por señalar, por ganar la nota, que me diga dónde, vamos a ponernos a trabajar”. ¿Perdón? Al Padre Solalinde lo hemos visto trabajar con valentía, nadamás falta que ahora se ponga a hacer la chamba de este panista que sí le dio por ganar la nota colgándose de la figura de un señorón. ¡Faltaba más!

Comentarios a: vivirenelgolfo@gmail.com

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