El 23 de mayo del 2014, el Diario Oficial de la Federación publica la nueva Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, que contempla la reglamentación para las candidaturas independientes, y que consta de siete títulos, diez capítulos y en total 83 artículos. Se trata de una camisa de fuerza que los partidos políticos les diseñaron a los ilusos que aspiren a ser diputados, senadores, o presidente de México. Esta regulación está dirigida fundamentalmente a los líderes sociales o ciudadanos, auténticos, con posibilidad real de ganar su candidatura, sin la necesidad de la franquicia partidista. En Veracruz, muchos candidatos “independientes”, o de partidos afines, o aliados, son impulsados desde las mismas oficinas públicas, para cumplir una función de distractor, que dividiendo el sufragio, contribuyen al triunfo del candidato oficial, lográndolo, con el mínimo de votos “duros”. Estos candidatos son contratados previamente para cumplir su función de “patiños”, sabedores que perdiendo, “ganan”.
Encaminados en esto de los aspirantes a diputados independientes, y en plena temporada de semana santa, el vía crucis lo vivieron (casi todos), la semana pasada. Cumplir en primer término con “el 2% de la lista nominal del distrito correspondiente, y estar integrada… la mitad de las secciones electorales que sumen cuando menos el 1% de los ciudadanos”, así como un rosario de normas sacramentales, como “no mentiras, no robaras, no desearas la mujer de tu prójimo”, y toda clase de exigencias, donde los partidos fueron a fondo en su pretensión de obstaculizar a líderes verdaderos, con requisitos empoderados por el Instituto Nacional Electoral. Los aspirantes a candidatos vivieron toda la semana en las Juntas Distritales, complementando la documentación de la convocatoria. Previo a ello, y como parte de sus investiduras como aspirantes, los Notarios Públicos también obtuvieron su ganancia, al protocolizar a la Asociación Civil, que como persona moral tenían que avalar al pretencioso.
Una de las joyas de la normatividad, está en las obligaciones contenidas en el artículo 380, que sentencia a no “utilizar recursos de procedencia ilícita”, “no recibir aportaciones y donaciones en efectivo, así como metales y piedras preciosas de cualquier persona física y moral”, como también rechazar todo apoyo “económico, político o propagandístico…..de extranjeros, ministros de culto de cualquier religión….tampoco podrán aceptar aportaciones o donativos en dinero o especie, por si o por interpósita persona”, y se suelta el santiamén del padre nuestro, donde incluye a los Poderes constitucionales, dependencias estatales y federales, administraciones estatales, municipales, organismos autónomos federales o estatales, etc.. Excelente y correctos los candados, pero entonces porque toda la “manga ancha para los partidos, en especial para los que están en el poder.
Una gran cantidad de exigencias para los aspirantes independientes, que los ya “palomeados”, las tenían cubiertas. Algunos de ellos, con el visto bueno del poder político, y con la promesa o el cumplido, del apoyo económico inicial. El problema es (y una disculpa), para los soñadores, que sin una base social, ni una estructura política, pretenden ganar un distrito. Vamos, no pasaran ni la primera aduana de la documentación. Si es líder probado, y no dado a pactar con el gobierno, menos. Sí representa un riesgo para derrotar algún candidato los partidos en el poder (en el distrito de que se trate), no llegará a ser candidato, se quedara en la antesala, como mero aspirante.
A la hora de la jornada, y de acuerdo a las circunstancias, el poder establecido, y los partidos políticos en plena operación, se encargarán de descarrilar a cualquier tren independiente que pretenda arribar a la estación con la carga de boletas en su contra. La vía democrática “independiente”, será dinamitada, porque el monopolio de las prerrogativas solo son para los “privilegiados”, que desde las cúpulas del Congreso Federal, en contubernio con el Ejecutivo, se reparten el pastel político, de acuerdo a la estatura de sus ambiciones, pero también en connivencia con sus pares, los empresarios, el ejército, la iglesia, el narco, las televisoras, y por supuesto, en desmedro del crédulo pueblo mexicano, entre ellos, los bisoños candidatos independientes a diputados federales. Los auténticos, no los contratados. Estos sí ganaran más de una diputación, ya lo veremos el 7 de junio.
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