El panismo en Veracruz vive una verdadera crisis.
El Acción Nacional en pleno proceso intermedio de elecciones carece de identidad, liderazgo y rumbo.
Sus cabecillas aún no definen que tipo de partido quieren, y presos por sus ambiciones internas no cuentan con la confianza de los ciudadanos quienes ven a un instituto político sin fuerza y en decadencia.
Estos aprietos que este partido enfrenta se deben principalmente a su pésima dirigencia y en la funesta designación de sus abanderados a diputados federales.
Los candidatos azules en varios distritos de Veracruz se encuentran ejerciendo un deplorable papel ante una izquierda que se los come a pasos agigantados.
Lo peor, no levantan ante el partido oficial que no los deja crecer en ningún momento.
Tal parece ser que en el PAN veracruzano se juega a la sumisión y a la traición.
El Albiazul ya no es el mismo partido de antaño.
Este instituto político consolidándose como un partido de cuadros bien definidos, hoy solo adopta métodos arcaicos desdeñando su pasado aristocrático.
Incluso para el panismo fuerte, para el llamado voto duro, este proceso electoral federal ha pasado de ser importante, a insignificante e irrelevante.
Los candidatos y candidatas azules literalmente son como globos de cantoya, que luego de inflarse en cualquier momento arderán en el cielo.
En algunos distritos veracruzanos se da muestra clara de ello.
En Cosamaloapan, por ejemplo, el candidato azul Luis Granvallet ya no ve lo duro, si no lo tupido.
Y es que pensando que con el apoyo del alcalde de Tierra Blanca Saúl Lara iba a pasar tardes de verano, el también apodado “El Matón” Granvallet ve cada día caer sus aspiraciones.
Es más, al mismo candidato experto en armas de grueso calibre le han dado un balazo en el pie.
A Granvallet le ubicaron como coordinador de campaña a Francisco Lara Arano quién tiene una larga lista de traiciones para el partido azul.
Por su parte en Acayucan, la misma fuerza tricolor nulificó al PAN y a toda su dirigencia.
En el distrito XX desde mucho antes hicieron pedazos las pretensiones de José Mancha y Domingo Bahena, provocando la renuncia de Federico Salomón y la llegada de una candidata que a casi 30 días de campaña aun nadie la conoce.
En los Tuxtlas, la aspirante azul Mary Cadena resultó muy buena para las negociaciones internas, y después de comercializar su candidatura con actores priistas, ahora según que no le cumplieron lo pactado, busca recuperar el tiempo perdido.
Incluso más al norte en el distrito III el candidato azul Roberto Cortes Hernández regala vacas, borregos y hasta cochinos a cambio de votos, porque la cosa no más no agarra fuerza.
Lo peor, al estilo panista se da golpes de pecho de no coaccionar el voto, cuando resultan más de lo mismo.
En fin, el Acción Nacional en Veracruz se encuentra contaminado.
El PAN de ser una importante fuerza alterna en el estado está pasando a mejor vida permitiendo con esto que partidos como Morena, PT, o Encuentro Social florezcan, y sean quizás una sorpresa electoral el próximo 7 de junio.
Hay que decirlo, esta elección sólo es un ensayo para la gubernatura del próximo año.
Sin duda el Acción Nacional jarocho en este proceso quedará sin forma, y sin rumbo.
O al menos, eso es lo que parece.
¿A poco no?
A sus órdenes.
@IvanKalderon
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