Un tranvía llamado inversión extranjera / Lino Perea Flores

Así como en la obra cumbre del teatro de Tenesse Williams, donde se alcanza el climax cuando en la misma va emergiendo al final la verdad detrás del melodrama, en la vida económica de México parece que la verdad comienza a dibujarse, que si bien ha estado plagada de claroscuros donde han prevalecido las malas noticias para los mexicanos, ahora afortunadamente para el bien de todos y después de varios años, es hasta los tres últimos meses, que se comienzan a observar ciertas señales que parecen indicar que lo peor en términos económicos ya está pasando, que ya tocamos fondo y que “we can’t go but up”.

LINOPor otra parte, los avances observados parecieran más bien ligados a inercias del comportamiento de los mercados externos, por lo mismo no pueden acreditarse totalmente a las políticas públicas implementadas internamente para salir del actual estancamiento económico, como lo hemos estado observando en los últimos años; de esta manera, nuestra realidad económica requiere todavía de muchos ajustes, ya que al observar un número importante de indicadores de económicos y sociales de México, estos nos dicen que el horno no está para bollos, por lo que la percepción del imaginario colectivo mexicano, todavía dista mucho de ser halagueña.

De esta manera siguen existiendo como verdades ineludibles las asignaturas pendientes de la pobreza, la violencia, la corrupción y la impunidad, que laceran y lastiman a la sociedad mexicana, por lo que el combate a estos flagelos debe de comenzar con un ataque frontal a los mismos, ya que en términos económicos significan pérdidas por más del 1% del PIB de México, sin contar el deterioro moral y la decepción de la sociedad toda. Estos recursos son cuantiosos y se pueden dedicar a mejorar las condiciones educativas o crear más trabajos productivos para la población mexicana, además de que son recursos que han sido distraidos de las arcas públicas, por lo que su mal uso cala hondo en la percepción de la población, que sabe que nunca llegarán a quienes más los necesitan, porque a alguien más se le ocurrió disponer de los mismos.

En este sentido, la ecuación del crecimiento económico esté incompleta, por lo que conviene hacer un alto en el camino para comenzar otra vez por el principio. Si el sector turismo y las manufacturas automotriz y espacial, son por ahora pilares de nuestro desarrollo, lo son por estar ligadas al tranvía del sector externo, por lo que habrá que encontrar las maneras de incluir a toda la población de México, dentro de este modelo.

No puede ser que el centro y norte del país, estén ligados a este modelo de desarrollo y que el sur, con excepciones, no lo esté; por ello, más allá de lamentarnos y pedir más programas asistenciales, lo que debemos es encontrar soluciones aquí y ahora; más que plantearnos más problemas, debemos pensar que en el sur-sureste de México, tenemos todos los recursos humanos, materiales y naturales para convertirnos en el mejor lugar de oportunidades.

La mejor manera de comenzar, es manteniendo un estricto control en el manejo de los recursos públicos, donde la rendición de cuentas con probidad debe ser el principio rector de toda la gestión pública; de todas formas, las buenas noticias son que México tiene mucho futuro y que puede comenzar, a pesar de haber sufrido innecesariamente lo sufrido, impulsando y apoyando todavía más, ciertas actividades económicas como las exportaciones de nuestro país, que como ya lo hemos venido señalando desde hace casi un año, son el motor del desarrollo que le ha permitido a los mexicanos mantenerse a flote.

Desgraciadamente a diferencia de los países asiáticos, en América Latina apenas comenzamos a columbrar, como es el caso de México, que ya es un sector muy importante y dinámico de nuestra economía, por lo que conviene integrarlo como parte sustancial de nuestro desarrollo económico; asimismo, aceptar que las nuevas generaciones ya son parte de nuevos paradigmas, como la revolución digital y la era espacial que hasta hace unos lustros no existían, pero que al igual que todos los mexicanos, tendremos que adaptarnos sin descuidar los aspectos fundamentales de nuestra cultura e idiosincrasia.

De hecho el sector externo de México, más que ser un tranvía llamado deseo, es ya una realidad que se propulsa con capital nacional y foráneo, proveedor de tecnologías de punta, que representa un mecanismo más de oportunidad para nuestro país, que requiere de mayores niveles de excelencia, de mayores niveles de competitividad y que ayudará a producir todavía más. Nuevas inversiones significarán siempre nuevos empleos, con mejores ingresos para los mexicanos.

Comentarios: perealino@yahoo.com.mx (*)Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.

Be the first to comment on "Un tranvía llamado inversión extranjera / Lino Perea Flores"

Leave a comment

Your email address will not be published.


*