La fuerza del ejemplo / Manuel del Ángel Rocha

El ejemplo a ser como tal o cual, es un referente popular para imitar las mejores causas de  personas, grupos, países, políticos, programas, etc. Pero hay cosas, como las conductas que no siempre pueden medirse aritméticamente. Los niveles de educación formal, por ejemplo, según la media nacional,  es de quinto año de primaria. Quiere decir que el desarrollo social en muchas comunidades y regiones del país, se encuentran en una etapa inferior, con respecto  a otras, y que  la visión y concepción de la gente que ahí habita,  bajo el esquema de Karel Kosik, vive en el mundo de la seudoconcreción. Esto puede medirse (la gente alfabetizada y sin alfabetizar). La actividad, ideas, y conciencia de los habitantes, están entrelazadas con su actividad material, laboral y de esparcimiento. Esa vida, le da  una visión de su mundo. Le aporta representaciones, que son  una expresión consciente (real o ilusoria, según Marx y Engels),  de sus relaciones y de su actividad, cualquiera que sea esta. Muchas de sus actividades pueden medirse, y están determinadas por su ser social.

ESCRITOREsto es, la sociedad, los grupos sociales,  producen y consumen bienes materiales, pero a la par,  llevan también  una vida social y política, que de la mano, estimulan y originan una vida espiritual. Llegando a este punto me topo nuevamente con una de  las tesis fundamentales de Marx; La vida espiritual de la sociedad, refleja la vida material del ser social. “El modo de producción de los bienes materiales, condiciona la vida espiritual de la sociedad”.

Esa tesis me ha parecido siempre fundamental, porque no hay que buscar  en la cabeza del hombre, su formación y vida espiritual,  sino en su vida material, como ser social. Y este  prólogo viene a colación por el tipo de ciudadanos-votantes que tenemos, y que elección tras elección siguen  manteniendo a  la misma clase política, cuya virtud para seguir triunfando es la falta de verdad, o para ser más precisos, conociendo  su entorno social y político, aplica sus tesis y recursos, sin escrúpulos, ni consideración.  Al conocer ese entorno, por sus condiciones adversas de vida material y colectiva, el político lucra con ello.

Un ejemplo de conducta administrativa, cuando  en la pasada administración, y en la actual, le pregunté a sendos y diferentes alcaldes, que, qué harían  si  la mafia llegaba a extorsionarlos, a  cobrarles el “derecho de piso”, y la respuesta fue la misma, con diferencias semánticas, “aportarles”, pero antes, solicitar línea “de arriba”.  Y meses después, ambos alcaldes, en momentos diferentes,  pero con los mismos perfiles y características, le aportaban a sus “protectores”.  Tras ese y otros ejemplos, la corrupción se propagó en todos los rubros de la estructura administrativa y política.  Tanto el jefe se embolsaba el recurso del FONDEN, o del Ramo 033,  al margen de su consabido porcentaje por la asignación de obra, pero el empleado también requería su parte. El ejemplo  se  multiplicó. Nunca nadie respetó, ni respeta, y da cumplimiento a la normatividad y ordenamientos del ORFIS, o del Congreso local. Tampoco de la Contraloría estatal,  y por igual con la Auditoria Superior de la Federación.

Corrupción imparable, sin Estado de derecho, ni marco jurídico que  sujetara a los insolentes y vulgares seudo funcionarios, que con la anuencia y complicidad de sus jefes, porque claro, ellos llevaban parte del botín, lucraban y lucran con los recursos públicos. Ello fue observado por la sociedad veracruzana, porque  a pesar de las 16 diputaciones federales ganadas, los principales municipios urbanos,  votaron en contra del partido de esa usurera clase política, que aún se mantiene en el poder.

De manera contraria,  “dialéctica”, la fuerza del ejemplo, es una fuerza muy grande, y en un arranque de ira y dignidad, real y consciente, la ciudadanía de Tuxpan, Poza Rica, Coatzacoalcos, Córdoba, Orizaba, Jalapa, así como Veracruz y Boca del Rio, asumieron con responsabilidad su energía, y la focalizaron en dirección  de los infectos del poder. Que los del PRI ganaron el distrito, esa es otra historia. En el fondo, y  con su nefasta conducta, agudizaron la conciencia del atropello  de que está siendo  el pueblo.  Cuando peor marchen los asuntos públicos, el flagelo se publicita, y radicaliza la visión y posición de la ciudadanía, aunque no siempre ha sido así. Es una pena que la sociedad reaccione en sentido inverso, solo  al verse afectados sus intereses, cuando su conciencia social   debe mantenerse alerta ante cualquier injusticia.  Cabe decir aquí, que la conciencia social es producto del desarrollo social de los individuos, y que ante el evidente nivel inferior de educación en las zonas rurales, mayor es su nivel de manipulación. Otra vieja tesis,  a mayor desarrollo de las fuerzas productivas, mayor su desarrollo y conciencia social, que también, no necesariamente es así. Aunque definitivo, estas fuerzas están determinadas por la base económica, y es casi siempre un  fiel reflejo de ella.

De tal manera que para ambos casos  (la corrupción y la toma de conciencia), la fuerza del ejemplo es determinante para adoptar, o una posición contraria, enérgica,   y hacerla pública, o la otra, la de sumarse a la sedición contra el presupuesto, desde su privilegiada posición dentro de él, y con el visto bueno de su propio jefe.

 

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