En el pasado proceso electoral, el Partido verde Ecologista de México, el PVEM, avasalló en los espacios publicitarios, recordándole a los electores que gracias a la intervención de sus diputados, todos los niños tenían garantizado un espacio en la escuela aunque no tuvieran dinero para la cuota de inscripción, sin embargo, los padres de familia pueden constatar hoy que todo eso no es cierto.
Durante el pasado proceso federal, el Instituto Nacional Electoral mostró insuficiencia de autoridad para someter al PVEM, que constantemente violó los acuerdos entre partidos al abusar de espacios publicitarios y anunciar como suyos, logros que aprobaron los diputados de todos los partidos.
Con ello, el PVEM logró conservar su registro con 2,587,888 votos en el país, o sea el 7.06 por ciento para seguir apuntalando su presencia en el congreso, así como la permanencia de sus dirigentes en la comodidad que les otorga el sistema partidista, vía los impuestos que pagamos todos los mexicanos.
De esa manera, el verde vendió como logros suyos que se haya acabado la contaminación ambiental, que ya no hubiera exposición ni espectáculos de animales en circos y otras reformas y adiciones a leyes ambientales.
Pero sobre todo, logró llegar al sentimiento de la población haciendo suya la modificación al artículo 6° de la Ley General de Educación, con el objetivo de que a ningún estudiante se le condicionen los servicios educativos por el pago de alguna cuota escolar, según lo ratifica en su página oficial www.partidoverde.org.mx.
En el terreno electoral, el Partido Verde logró su verdadero objetivo, o sea, la permanencia de la chamacada en la política, salvo algunas sanciones y endebles llamadas de atención que mostraron la vulnerabilidad del sistema electoral, cuyo titular Lorenzo Córdova Vianello pasó a convertirse en un simple espectador.
En el terreno educativo, los padres de familia ya pueden constatar, que la llamada reforma del verde al artículo 6° de la ley educativa, es letra muerta y el pelón de corbata que no deja pasar a los niños, sigue ahí parado en la puerta de la escuela.
Mire usted, en todas las escuelas del sector público, o sea las de gobierno, las inscripciones están a cargo de la dirección de los planteles y de un reducido grupo de padres de familia, que por cierto cumplen con ese papel durante varios años, mismos que imponen cuotas de inscripción que van de los mil, 1,500 y hasta los 2 mil pesos.
Y no vemos a nadie del verde parado ahí en defensa de los ciudadanos.
¿O, acaso los ha visto usted luego de las elecciones? ¿Verdad que no?
¿Ha visto usted al dirigente estatal y también diputado local Juan Eduardo Robles Castellanos haciendo una advertencia al respecto?
¿Se ha parado por alguna escuela la presidenta del Comité Directivo municipal del PVEM en el puerto Veracruz, Vanesa Castro Arano? ¿O a algún otro dirigente, regidor o diputado en cualquiera de los 212 municipios del estado?
¿Por supuesto que no verdad? ¿Y sabe por qué? Porque no hay procesos electorales en puerta, o sea, el año entrante regresarán con nuevas promesas.
EN LA ETI, UNO HASTA LOS TENIS
A diferencia de los funcionarios federales que salieron en desbandada a decir que vamos bien, como es el caso del Secretario del Trabajo que dice que con el mismo salario se puede comprar más, o el Secretario de Relaciones Exteriores José Antonio Meade que salió a felicitar al Secretario de hacienda Luis Videgaray porque “México cuenta con estabilidad económica y bases fuertes que permiten enfrentar la volatilidad en el tipo de cambio”, los ciudadanos sabemos que las cosas no van bien.
Y mire usted, en el proceso de inscripción de los niños a la escuela, hay casos tan graves como eso de que no quieran inscribir a los chamacos porque no tienen dinero, y de eso va a usted a enterarse con suficiencia.
Le voy a mencionar un caso difícil, en la Escuela Secundaria Técnica Número Uno con sede en el puerto de Veracruz, a cargo de la directora Lesbian Irasema Romero Cárdenas, es la propia dirección quien se encarga de vender los uniformes, el traje de deporte y hasta los tenis, pero como el uniforme va cambiando cada año, ningún niño le puede ceder el uniforme al hermano menor y créame que no es barato. Y nuevamente nos peguntamos. ¿Y los dirigentes del verde? Es decir, se acabó la elección y el pelón seguirá parado en la puerta condicionándoles la entrada.
Comentarios a: vivirenelgolfo@gmail.com
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