Two Mexicos (I) / Lino Perea Flores

Lunes 28 de septiembre de 2015

Sin lugar a dudas uno de los artículos que más comentarios ha suscitado en la semana que pasó, se refiere al documentado en la prestigiada revista británica The Economist, que le dedica su portada a México destacando “The Two Mexicos”, es decir los dos países que son México, uno que emerge como un país moderno y el otro como un país con la mitad de su población en condición de pobreza, que tiene sus contrastes más singulares en el México urbano y el rural o semiurbano, en el México del Norte-Centro y el del Sur-Sureste, en el México agrícola o artesanal y el México de la notable manufactura de exportación. Lo cierto es, que en una gran parte de las entidades federativas mexicanas, los contrastes son evidentes o inclusive más acentuados.

LINODe esta manera The Economist destaca el México de los pozoles y los tequilas y el México de la aeronáutica y la informática, del México bronco y del México amante de sus más caras tradiciones y colores, del México del campesino con sombrero de paja y el México del mexicano de negocios con traje importado, del “busy México” y el México conocido como “The land of mañana”, donde se hace referencia a nuestro país como uno de grandes contrastes, donde desde la perspectiva económica, México es el ejemplo de los mercados emergentes del que todos debemos aprender, donde México es un ícono preponderante de una economía pujante en muchos sentidos con un sistema democrático, pero al mismo tiempo con una gran parte de sus mexicanos en situación de pobreza.

Es en este sincretismo social y económico, que el artículo de marras centra su atención para hablar sobre la economía mexicana, que requiere para los autores del mismo grandes ajustes, ya que no logran entender como un país tan privilegiado en recursos naturales, materiales y humanos, no haya podido desterrar tanta desigualdad de sus grupos de población. Les resulta a los autores difícil de entender como México que ya es una economía que está íntimamente ligada a Estados Unidos de América por sus propios méritos, haya descuidado a la población con más carencias, destacando por ejemplo hechos económicos como que en una semana, México exporta más a EUA en una semana que a China en todo un año; en otras palabras, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos.

En esta lógica también les resulta increíble entender, como la economía mexicana ha sido capaz de desligarse de su dependencia petrolera en tan poco tiempo, pero que además que posea la base de manufactura más sofisticada de Latino América, en tan corto tiempo. Destacan la capacidad exportadora automotriz de México, que solo es superada por Alemania, Japón y Sur Corea. Asimismo que todo se haya logrado con una dirección del país en su macroeconomía, impecablemente ortodoxa.

Aunque la Volkswagen ha estado ensamblando y construyendo automóviles ya por varias décadas en Puebla, existen otras armadoras extranjeras que también han hecho lo propio, pero es la posición geográfica de México entre dos océanos y dos continentes, junto a la economía más importante del mundo, conjuntamente con sus 43 tratados de libre comercio, con mano de obra calificada, los que han colocado a México en una posición internacional envidiable que los extranjeros admiran mucho, que en otras cosas abonan en grandes logros como que uno de los sectores más dinámicos de México, sea el automotriz.

La revista hace alusión e incluye fotos de orgullosos mexicanos campesinos con sombrero, montando a caballo o en su carreta siendo jalada por caballos, que muestran la nueva realidad con las nuevas inversiones, que están representadas en el que siempre había sido un pobre municipio, el de San José Chiapa en Puebla, con montos equivalentes a los veinticinco mil millones de pesos, que es mucho más de lo que había sido invertido en ese municipio en décadas anteriores juntas. Tal vez para otros mexicanos esta situación representa la toma del capital extranjero de la forma de vida de estos poblanos, que siempre habían vivido de una manera rústica, pero que ahora toda esta región será impactada por lo que para algunos es progreso y para otros, una agresión al modo tradicional de vivir y al medio ambiente.

Por estos motivos la portada de una de las revistas más influyentes en el mundo, The Economist,  junto con su artículo de fondo sobre el tema aludido, representa un gran aliciente para nuestro país, porque más allá de destacar los auténticos logros y diferencias de los mexicanos, nos indican que la mejor manera de seguir empujando a nuestro país, es hacer uso de su actual fuerza de trabajo subutilizada, que en lugar de exportarla habrá que integrarla al progreso de México. Debemos de obtener resultados tangibles con programas de desarrollo integral para nuestra población, a través de la creación de más fuentes de inversión y empleos productivos.

Aunque esta es la ruta para dejar los programas asistencialistas a la población más vulnerable, el hacerlo no está desprendido de grandes problemáticas, que son de origen tanto interno como externo, que han ocasionado que la paridad del peso mexicano con el dólar estadounidense se haya disparado en este año; mientras tanto, Pemex se alista a emitir bonos en el extranjero que representan más pasivos para el país; mientras tanto, algunos autores son críticos del nuevo presupuesto de la nación; mientras tanto, los indicadores económicos nos muestran que se vienen tiempos difíciles, pero que una vez más los mexicanos tendremos que sortear, como ya lo hemos hecho anteriormente. No hay de otra.

Comentarios: linopereaf@yahoo.com (*)Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.

 

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