Una de las situaciones que los lamentables hechos ocurridos en la Escuela Normal de Ayotzinapa ha puesto ante la opinión pública, pero que ya veníamos viviendo dentro del medio político nacional, es sin lugar a dudas los tipejos o delincuentes, como usted prefiera llamarlos, que los partidos políticos que tienen registro ante el Instituto Nacional Electoral (INE) -antes IFE- postulan para los cargos de elección popular.
Lo que está sucediendo con el alcalde de Iguala, Guerrero, que está, auto desaparecido, en compañía de su esposa, así como también de su Jefe de Policía Municipal, y de estar en contubernio con la delincuencia organizada, no es nada nuevo y por tanto no debe sorprendernos. Bástenos citar como ejemplo lo sucedido hace tiempo y además en posiciones políticasmuy superiores a la de Presidente Municipal, cuando el actual legislador federal del Partido del Trabajo, Ricardo Monsrreal, fue gobernador de su Estado. Posición que alcanzó con el apoyo del Partido de la Revolución Democrática. Pues en ese entonces, fue noticia a nivel nacional e internacional el que encontraron en uno de sus ranchos la módica cantidad de nada menos y nada más, que cuarenta toneladas de marihuana. Hecho que hasta la fecha no ha sido aclarado por autoridad alguna y del cual la única explicación, bastante cínica por cierto que dio, fue en el sentido de que no sabía cómo habían llegado ahí.
Así, como este ex perredista, ahora petista y para al futuro no sabemos en qué partido le convendrá participar, hay más ejemplos en el ámbito político nacional. Aquí en estas jacarandosas tierras veracruzanas lo estamos viendo en la persona del ex panista, ex candidato a la gubernatura del Estado, ex Secretario de Gobierno y ahora priista, Secretario de Comunicaciones del Estado, Gerardo Buganza Salmerón, entre otros. Lo que es indicativo de que la ideología entre la autollamada clase política mexicana, no existe y en caso que se diera entre algún sector de esta “clase política”, éste debe ser muy pequeño, casi inexistente.
Por lo que surge el cuestionamiento ¿Por qué tipejos de esta calaña pueden participar en una actividad tan importante y noble, como lo es el servicio público? La respuesta es muy sencilla y clara. Tiene su origen en nuestra Constitución Política Federal. Dentro de los requisitos que se deben cumplir para poder votar y ser votado a cargos de elección popular, además de ser mexicano y otros, hay uno que está obsoleto, es demagógico actualmente y que en su momento cumplió como debía de ser, que fue el de saber leer y escribir solamente. No solicitar ningún nivel de instrucción escolar. Pues en 1917 el país era otro muy diferente al México de ahora. El poder estudiar en esos años era difícil por las pocas escuelas que existían. Estaba más que justificado el requisito. Situación que ha permitido que en la actualidad puedan llegar a los cargos de elección popular como: alcaldes, síndicos, regidores, diputados locales y federales, senadores y gobernadores. Personajes sin preparación y lo que es peor, escrúpulo alguno, como el alcalde de Iguala, Guerrero y otros más que están en funciones.
Desgraciadamente la lamentable situación que estamos viviendo todos los mexicanos, relacionada con la desaparición de los 43 estudiantes normalistas del Estado de Guerrero, de alguna forma está creando conciencia en torno a que ya no debemos los mexicanos soportar más, que este tipo de personajes se cuelen a la administración pública del país. Lo que solamente se podrá lograr, llevando a cabo algunas reformas constitucionales sobre el tema y creando la reglamentación necesaria para que lo sucedido, ya no se repita. Todos los cargos públicos, tanto de elección como por designación deberán ser ocupados por personas que tengan por lo menos el nivel de licenciatura con relación a la función que se tenga que desempañar.
Licenciaturas obtenidas en instituciones educativas de nivel superior de reconocido prestigio y no en escuelas “patito” como sucede con gran parte de los servidores públicos de la actual administración estatal.
Lograr esta reforma puede que sea el inicio de la solución a este tipo de grave problema que enfrenta la administración pública mexicana en sus tres niveles de gobierno. Esperemos que haya algún legislador local o federal que se le ocurra esta reforma, ahora que ya con la nueva legislación electoral, también puede ser una iniciativa ciudadana. Hasta el lunes.
Be the first to comment on "Basta ya, de servidores públicos corruptos / Mario Javier Sánchez de la Torre"