INEE al SNTE: no hay dos escuelas iguales /Wenceslao Vargas Márquez

El miércoles 29 de octubre reciente, la directora general del INEE, Silvia Schmelkes, asistió en el Distrito Federal a una reunión con la cúpula del SNTE a exponer el tema ‘El desafío de evaluar la educación’, transmitida al resto del país vía Internet, donde se conectaron unos 150 mil interesados, según datos proporcionados al final por el profesor Juan Díaz de la Torre. Estuvieron escuchando presencialmente los integrantes del Comité Nacional y líderes seccionales del SNTE además de algunos diputados (llama la atención la presencia del diputado Fernando Bribiesca Sahagún) y de la insistentemente señalada presencia de líderes de la Asociación Autónoma del Personal Académica de la UNAM (AAPAUNAM).

Los tópicos abordados por la doctora en sus 70 minutos de intervención fueron esencialmente los siguientes: El trabajo del INEE es evaluar y emitir directrices de política educativa. El fin es mejorar la calidad y la equidad. El INEE ha definido 5 principios como son: 1) Contribuir al cumplimiento al derecho de una educación de calidad. La evaluación debe contribuir a eso, a mejorar. 2) La evaluación persigue la equidad. Se deben incorporar a la evaluación estas brechas de desigualdad con diferencias tan grandes debidas al contexto. 3) Las decisiones deben está basadas en el rigor técnico sólido que debe tener la evaluación para obtener resultados justos. 4) La evaluación del INEE atiende a la diversidad. La diversidad es un valor intrínseco de la educación. 5) Escuchar las voces de los sujetos de la evaluación. Escuchar a la sociedad y de manera muy importante al magisterio e incluso a los alumnos.

El mayor desafío de evaluar es demostrar que la evaluación sirva para mejorar. No será por exhortos o decretos que la evaluación obtenga aceptación. Los maestros serán los jueces de que la evaluación realmente sirve para mejorar. Lo que queremos mejorar es el aprendizaje de los alumnos, que los alumnos aprendan para tener una vida digna. Es urgente que los alumnos aprendan pero para eso necesitamos que los docentes y los directivos mejoren. Entendemos que las escuelas son el tema central de la discusión, son el continente donde ocurre la educación que es de calidad o no de calidad. Se necesita que mejoren las escuelas al igual que la efectividad de los programas educativos.

La pertinencia de las políticas educativas, las de formación docente y las de financiamiento educativo son también necesarias pues el mayor reto es que la evaluación sirva para mejorar todo el sistema. Otro factor a evaluar es el liderazgo del director y su capacidad de crear equipos de trabajo en el entendido de que el director es la cara visible de la comunidad escolar. Se le requiere al director capacidad de comunicarse con la comunidad padres y alumnos, evaluar el aprendizaje del alumno crítico con autoestima pues queremos que los alumnos se desarrollen integralmente como personas. La habilidad más importante es aprender a prender. Otro tema a inculcar a los alumnos es el tema de los valores: valores sociales, sentido de convivencia en democracia, participación y respeto responsable a los demás y respeto al valor de la libertad. Debemos también evaluar la escuela como centro del sistema educativo reconociendo que no hay dos escuelas iguales.

Pregunto al INEE: si no hay dos escuelas iguales ¿cómo hacer una evaluación homogénea cuando ni siquiera hay dos turnos escolares iguales? ¿Cómo hacer una evaluación homogénea si también se acepta que “no se vale homogeneizar lo que es diverso”? Esta es una contradicción que el INEE no sabe resolver para responder.

Siguió diciendo la doctora Schmelkes: Cuando evaluamos el desempeño docente no hablamos de un concurso de oposición como el de ingreso. No se trata de sacar a nadie de la profesión docente sino de hacerlos crecer en su profesionalismo evaluado a través de su práctica docente, conociendo su dominio de la materia, pero lo principal a evaluar es su práctica docente. Añadió: Todavía la SEP no ha definido el perfil del maestro en servicio pero se sabe ya que se evaluará si el maestro en su práctica cotidiana sabe acceder al acervo de conocimientos didácticos y pedagógicos para enseñar.

El único aplauso se dio cuando la doctora Schmelkes dijo que no todo es responsabilidad del maestro y hubo frialdad cuando explicó –elegantemente- que a la tercera evaluación fallida el docente “sería invitado a salir de grupo” pero los que caerán en ese caso “se contarán con los dedos de una mano”. Ojalá yo no sea el meñique. Dijo que somos un millón 350 mil docentes a ser evaluados por 3 mil evaluadores certificados.

Dentro del actual marco legal que ya rodea a los profesores después de la promulgación de la inicua Ley General del Servicio Profesional Docente en 2013, no dudo en calificar de interesante y clara la exposición dada por el INEE al SNTE, pero regreso al tema de privilegiar lo pedagógico por encima del dominio de contenidos en el nivel medio superior, aspecto que no dudo debe tener importancia – pero no privilegio.

Sería un error que implica peligro el que en la educación media superior (donde la mayoría somos profesores de perfil universitario ‘homologados’ a la Educación Superior), sea menos importante que el docente conozca y enseñe Bioquímica o polinomios o Termodinámica y muy importante que el docente conozca la fecha de nacimiento de Piaget o la biografía completa de la italiana Montessori.