Crédito hasta donde (Última parte) / Lino Perea Flores

LINOEl 20 de diciembre de 1994 la población de México se despertó con una macrodevaluación del peso mexicano, que iba a definir el derrotero económico del país de los siguientes veinte años; las secuelas fueron desastrosas, desempleo, grandes recortes al gasto público, hipotecas perdidas, quiebra masiva de empresas, crisis y quiebra de la mayoría de las instituciones financieras, la creación de un fondo de rescate bancario denominado Fobaproa, un rescate financiero hasta entonces inédito de los Estados Unidos a México, caída de la producción nacional, emigración de una parte importante de la población, fuga de capitales y un sinnúmero de secuelas que determinó que el recién nombrado secretario de Hacienda y Crédito Público de entonces, Jaime Serra Puche, dejara el cargo a escasamente 28 días de haber asumido el cargo.

Desgraciadamente las escasas reservas internacionales del Banco de México en aquel entonces, solo confirmaban la debilidad del peso mexicano, que en esos días solo anunciaban una imminente devaluación de grandes proporciones, por lo que al anunciarse la ampliación de la banda de flotación de la divisa mexicana, lo único que se ocasionó fué una compra masiva de dólares que sí valían, que dejaba las arcas mexicanas con escasas divisas extranjeras para cubrir sus compromisos internacionales. Esta fué la la última peor crisis financiera que jamás tuvimos, las tasas de interés se fueron al cielo, por lo que gran parte de la población tanto empresas como individuos, nunca pudieron pagar sus tarjetas de crédito, sus créditos y sus hipotecas y los bancos quebraron.

A fines del sexenio del presidente Salinas, en enero de 1994, había reservas internacionales por cerca de treinta mil millones de dólares, para fines de ese año ya solo había menos de 10,000 millones de dólares, ya que de acuerdo con cifras del Banco de México por las secuelas del asesinato de Colosio se fugaron del país 10.388 mil millones de dólares, con la renuncia de Jorge Carpizo a Gobernación 3 mil millones de dólares, más 3.7 mil millones de dólares por el asesinato de Ruiz Massieu y 1.549 mil millones debido a las movilizaciones zapatistas. Todo ello haría insostenible el tipo de cambio para ese entonces. Se precipitó el diluvio.

Por este motivo, es necesario entender que en 2014 y en años subsiguientes, el sobreendeudamiento del país también puede llevar a una debacle financiera que a nadie conviene. Grecia y España serían una caricatura frente a un derrumbe de nuestra economía. Afortunadamente, los escenarios son diferentes a los de 1994, ya que el tipo de cambio fluctúa flexiblemente, las finanzas públicas no alcanzan un nivel de riesgo todavía inminente, las reservas internacionales se conservan en niveles muy razonables y el TLC ha permitido un cambio estructural que permite no solo que estemos dependiendo de las divisas que produce el petróleo. Pero todo tiene un límite y no lo debemos rebasar porque nos caeremos estrepetisomente.

A partir de los nuevos acontecimientos económicos que se están generando en México, este fin de año tendrá que ser de definiciones y ya no podremos esperar más; con la suerte echada en las reformas estructurales, México se juega su futuro económico y la mejora en el bienestar de su población, por lo que los últimos acontecimiento deberán de ser de reflexión para encauzar a nuestro país, por la senda del crecimiento y la concordia. Debemos enterrar para siempre el México bronco y transitar por la ruta del derecho, enfrentar decididamente la corrupción, asumir cabalmente los valores supremos de la legalidad y la justicia. Es ahora o nunca.

Comentarios:   perealino@yahoo.com.mx  (*)Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.

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