La universidad y la economía / Lino Perea Flores

 

En el último ranking de las mejores universidades de México en este 2016, reportado por América Economía de “El Economista”, en una evaluación de 50 instituciones de educación superior mexicanas, sobresale y aventaja en primer lugar la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), siguiéndole el Instituto Tecnologico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), en tercer lugar el Instituto Politécnico Nacional (IPN), en cuarto lugar la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

rectoriaEl quinto lugar lo ocupa la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), en sexto lugar está la Universidad de Guadalajara (UdeG), siguiéndoles el Colegio de México (COLMEX), la Universidad de las Américas (UDLAP), la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH), el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), la Universidad Iberoamericana (UIA) y en décimo segundo lugar, la Universidad Veracruzana (UV).

 

Destaca el hecho que de esta docena de centros de educación superior, cinco de estas universidades tengan su asiento en la Ciudad de México y otro tanto, tengan campuses en esta ciudad; asimismo, destacan Monterrey, Guadalajara, Puebla y Xalapa, como las ciudades catalogadas con las mejores universidades en el país, bajo este criterio de clasificación. Sin embargo, no deja de sorprender que adicionalmente coexistan una gran cantidad de instituciones de educación superior, que ofertan una serie de carreras con especialidades que atienden la demanda de un mercado educativo más que laboral, con planes de estudios muy sui géneris, que sin atender a un criterio homogéneo no parecen atender a las necesidades productivas de México.

Desde otra perspectiva, la de una economía formal, la universidad como integrante del sistema de educación superior, depende de un sistema mayor que es el sistema nacional educativo, que a su vez se encarga de preparar a esa parte de la población generalmente hasta los veinte años o un poco más, para que se capacite y posteriormente se integre, a la fuerza laboral de su país. Esta perspectiva  de producción intelectual, se puede observar como un proceso continuo, que se va a repetir y retroalimentar y dependerá principalmente de la manera como cada grupo poblacional se organice para ello.

 

La educación al formar parte de la esencia misma de nuestro país, puede además ser también observado desde diversas ópticas; en nuestro caso por ejemplo, se podría observar la evolución de la educación superior, donde el interés podría centrarse en la medición de la actividad productiva del país y correlacionarla con el tipo de enseñanza en educación superior, por región o género. El propósito sería analizar primariamente, las variables que pudieran influir en el desarrollo económico de México.

 

En esta lógica, puede haber sistemas educativos que estén muy correlacionados con las necesidades económicas de un país, mientras que en otros casos habrá sistemas que lo estén  en menor escala; de hecho y a mayor abundamiento, las bases para determinar el tipo de análisis que habrá de seguirse, dependerá de las necesidades de la investigación,

 

De esta forma en el mercado laboral mexicano, se podrían apreciar toda una serie de factores que lo relacionan al empleo, el PIB y al tipo de actividades económicas que se desempeñan en la economía mexicana. Estas se espera que reflejen su propia historia, donde su distribución geográfica y étnica se podrán observar sin mucha dificultad. Lo importante es dilucidar como el crecimiento del sistema de educación superior mexicano, ha contribuido fundamentalmente al desarrollo de México, sobretodo si lo comparamos con el de otros países.

 

Para el ciclo 2012-2013, la población en las escuelas de México desde el nivel básico y preescolar hasta el nivel superior, según datos oficiales se contabilizó en 34.75 millones de estudiantes, de los cuales 3.42 millones estuvieron en el sistema de educación superior, lo que da una idea del esfuerzo que nuestro país despliega para habilitar a su sistema educativo, donde el país comprende una fuerza laboral de casi cincuenta millones de personas que trabajan en México el día de hoy; en este caso, la fuerza de trabajo está compuesta por personas con diferentes niveles de escolaridad, aunque también incluye a personas sin escolaridad, que contribuyen a formar la economía de México.

Comentarios:   linopereaf@yahoo.com   (*)Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.

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