En 2021 elijamos bien a los diputados federales

Andi Uriel Hernández Sánchez

Este lunes 7 de septiembre sesionará el Consejo General del Instituto Nacional Electoral para declarar formalmente iniciado el Proceso Federal Electoral que conducirá a la Jornada Electoral del 6 de junio de 2021, la elección más grande en la historia de México, pues estarán en disputa 21,368 cargos públicos. Se elegirán a 15 gobernadores, 500 diputados al Congreso de la Unión, más las renovaciones de legislaturas locales y/o ayuntamientos en las 32 entidades federativas.

Los puestos más importantes en disputa serán los 500 escaños de la Cámara de Diputados. Cada uno de los 300 diputados federales uninominales, que hacen campaña para ser electos en las urnas, representa a un distrito compuesto por entre 200 y 350 mil ciudadanos; existen, además, 200 diputados plurinominales, que se reparten entre los partidos políticos nacionales, utilizando una formula establecida en la Constitución de la República, según el porcentaje de votos que cada uno obtenga en la elección de los legisladores uninominales. La incorporación de los “pluris” responde, teóricamente, a la necesidad de que todas las fuerzas políticas y sociales del país tengan representación en la Cámara.

Según la teoría de la democracia representativa, los diputados son la representación más directa y genuina del pueblo. Su papel, como integrantes de un poder autónomo, el Legislativo, debe ser el de cuestionar, supervisar y acotar las funciones y tareas del Poder Ejecutivo. En los hechos, tal división de poderes siempre ha sido una ficción jurídica. Durante las décadas en que el PRI gobernó, los diputados, con raras excepciones, se comportaban como empleados del presidente de la República en turno y su papel, salvo raras excepciones, era levantar la mano y votar por todas las iniciativas y propuestas que éste hacía. Con la llegada de Morena al poder, el fenómeno se repite, aunque de manera más descarada, hoy los 334 legisladores de la alianza Morena-PT-PES-PVEM, la mayoría en la Cámara, gritan voz en cuello que “es un honor estar con Obrador”, abdicando de su obligación de vigilar que el presidente López Obrador no abuse del poder.

Por ello, es que la elección del 2021 se vuelve de vida y muerte para preservar la democracia en México, es necesario construir contrapesos efectivos a los anhelos dictatoriales del presidente López Obrador. Pues los diputados federales tienen responsabilidades importantísimas:

1) Legislar. Junto a los senadores, son los encargados de la creación y modificación de las leyes del país. Hasta ahora, los diputados morenistas se han dedicado a aprobar leyes que concentran el poder en manos de López Obrador y que amedentran a la oposición. Así es como se han incorporado a la Constitución de México, aberraciones jurídicas como la extinción de dominio, es decir, la posibilidad de que el Estado te quite tus bienes por la mera sospecha de que hayas cometido un delito, sin necesidad de un proceso penal; además se pretendía interceptar las comunicaciones privadas sin autorización de un juez o que datos obtenidos ilegalmente, por tortura o robo de información, fueran considerados como pruebas en un proceso judicial, por citar solo algunos ejemplos.

2) Aprueban y fiscalizan el presupuesto público. Deciden como se gastará el dinero recaudado a través de los impuestos que pagan todos los mexicanos. Actualmente, Morena y López Obrador usan estos recursos como su patrimonio exclusivo. Eliminaron los programas de fertilizantes y semillas que recibían los campesinos, programas como las estancias infantiles, los comedores comunitarios y PRÓSPERA y el ramo 023 del presupuesto, impidiendo que se etiquetaran recursos para realizar obras que millones de mexicanos demandaban como escuelas dignas, introducción de agua potable, drenaje o red eléctrica, espacios deportivos y culturales, carreteras bien hechas, puentes, por citar algunos ejemplos.  También deben vigilar que el dinero se utilice para lo que fue aprobado y que no haya corrupción en el gobierno. Los morenistas han permitido el subejercicio en diversas áreas gubernamentales, las compras a sobre precio y la adjudicación directa de obras y compras a los amigos del presidente.

3) También tienen la obligación de canalizar los problemas de la población con las distintas dependencias del gobierno, de gestionar la inclusión de la gente en los distintos programas sociales, así como obras y servicios públicos para los pueblos y colonias de su distrito. En este punto, quizá los morenistas no sean los únicos reprobados. La mayoría solo se aparece en época electoral para pedir el voto y, una vez conseguido “el hueso” nunca regresan. Otros, mucho más frívolos, utilizan el encargo como trampolín para llegar a las alcaldías o gubernaturas, a los puestos en dónde se maneja presupuesto para poder despacharse con la cuchara grande. Pregúntese usted, amable lector, si conoce al diputado federal de su distrito y si sabe de alguna gestión importante que haya encabezado en favor de la ciudadanía, lo más probable es que ambas respuestas sean negativas.

Es necesario que en 2021, Morena pierda su mayoría en la Cámara de Diputados, de lo contrario, el presidente López Obrador seguirá atropellando los derechos de los ciudadanos que no compartimos su visión de país y, lo más grave, seguirá instrumentando un modelo de país que no se plantea mejorar de fondo las condiciones de vida del pueblo pobre trabajador: no hay política de creación de empleos seguros, de elevación sustancial de los salarios, de atención a salud, de mejoramiento de la calidad educativa, de dotación de viviendas e introducción de servicios básicos. Todo se reduce a la entrega de apoyos a las familias humildes que, si bien ayudan momentáneamente, no acaban con la pobreza.

A la oposición, sin embargo, no se le debe regalar el voto solo por ser oposición. Debe exigírsele plantear un modelo de Nación que realmente supere lo propuesto por Morena. Pero eso solo puede hacerlo el pueblo organizado, vigilando permanentemente la actuación de sus representantes populares. Precisamente es lo que proponemos los antorchistas: que los mexicanos agraviados por las políticas erráticas de la 4T nos dispongamos a organizarnos en una fuerza social vigorosa, que pueda exigir la creación de leyes que favorezcan a todos, que el dinero público se distribuya equitativamente para atender las necesidades de todos los sectores de la población y que nuestros diputados sirvan como gestores de las necesidades de la ciudadanía. Una vez llegados al poder, debemos obligarlos a que trabajen en favor de todos. De lo contrario, de nada servirá que Morena pierda la mayoría en la Cámara de Diputados.

Be the first to comment on "En 2021 elijamos bien a los diputados federales"

Leave a comment

Your email address will not be published.


*