Elección de buenos candidatos: Prueba de fuego

Andi Uriel Hernández Sánchez

A partir de hoy, faltan apenas 4 meses para el día de la elección más grande en la historia de México, en la que serán renovados los 500 escaños de la Cámara de Diputados y, en el caso de Veracruz, se elegirán a los legisladores del Congreso Local y a los integrantes de los 212 ayuntamientos. La cuestión electoral está en un punto de mucha tensión, pues ya se han definido alianzas y varios partidos políticos se encuentran inmersos en los procesos internos para elegir a los candidatos que los representarán en los comicios.  

Dentro del partido en el poder, Morena, vimos como desde 2018, se cobijaron varios personajes impresentables de la política mexicana, ex militantes de otros partidos políticos con un negro historial fueron abanderados por la coalición “Juntos Haremos Historia” y, gracias al efecto AMLO, lograron ganar puestos de elección popular. Dos años después, la historia vuelve a repetirse.

Así, vemos como en varios puntos de la geografía del país se han hecho de candidaturas personajes verdaderamente indeseables. Es el caso, por ejemplo, de Félix Salgado Macedonio, candidato de Morena para la gubernatura de Guerrero, un viejo chapulín de la política, quién ha sido acusado de abuso sexual por 3 mujeres distintas y que, gracias a su amistad con el presidente López Obrador, hasta el momento ha conservado su candidatura.

Pero no solo eso, en general, en Morena se están matando por las candidaturas. Hay una cantidad inmensa de conflictos internos, rebeliones, impugnaciones de quienes no aceptaron los resultados de las encuestas internas, etc. En Veracruz, apenas este sábado, quien fuera el secretario general del Comité Estatal de este partido, Gonzalo Vicencio, renunció “voluntariamente” al partido y anunció que él y su grupo político buscarían otras opciones. Argumentó como razón que no fue tomado en cuenta para la conformación de la alianza local junto al Partido Verde y el PT, y a que las candidaturas se las agandalló el grupo político del gobernador Cuitláhuac García y el del delegado federal Manuel Huerta.

Hay otros partidos que parecen estar más preocupados por conservar su registro que por postular a buenas opciones para los ciudadanos, a personas preparadas para los cargos de elección popular. Así, de nueva cuenta, como en cada proceso electoral, vemos desfilar a artistas de la farándula incursionar en la política, para que con su fama atraigan votos que le permitan a los partidos pequeños mantener su registro y, por tanto, sus prerrogativas y cuotas políticas. En Veracruz, Movimiento Ciudadano, postuló como candidata a la Diputación Local del distrito 8 con cabecera en Misantla, a la cantante Paquita la del Barrio, quien por cierto en una rueda de prensa confesó que ni siquiera sabía qué hacía allí.

Así las cosas, parecería a simple vista, que la coalición opositora “Va por México” conformada por el PAN-PRI-PRD tiene las cosas fáciles para ganar, con el partido gobernante y con mayoría en ambas cámaras del Congreso de la Unión consumido por sus luchas internas y con malos candidatos. Sin embargo, en muchos aspectos, la alianza opositora también padece de los males propios de nuestro sistema electoral. Muchas candidaturas han sido definidas sin tomar en cuenta a las bases o, lo que es peor, se las han otorgado a personas que más que aportar votos a la coalición probablemente se los resten, basados en su influencia política o económica más que en su presencia y aceptación entre la ciudadanía.

Veamos, por ejemplo, la integración de las listas a candidatos a diputados federales plurinominales del Partido Revolucionario Institucional. Los primeros lugares en cada una de las 5 listas correspondientes a las circunscripciones en que se divide el país, fueron entregados a personas cercanas al presidente nacional de este partido político, Alejandro Moreno, y a miembros del CEN del PRI.

En la lista de la Tercera Circunscripción, ocupa el tercer lugar Carlos Miguel Aysa Damas, a quien “Alito” Moreno regaló un escaño solo por ser hijo del actual gobernador de Campeche; se encuentra en cuarta posición, la veracruzana Lorena Piñón Rivera, quien en 2015 fue postulada por el PAN a una diputación local, por lo que en 2019 fue expulsada del PRI, en plena contienda por la dirigencia partidaria en la que competía contra Alejandro Moreno, posteriormente el Tribunal Electoral revocaría este acuerdo.

Dentro de esa lista, se encuentra en novena posición el Ing. Samuel Aguirre Ochoa, líder del Movimiento Antorchista en Veracruz, luchador social de toda la vida y político honesto y respetado en todo el estado, dirigente de más de 100 mil veracruzanos organizados en Antorcha. Siendo justos, merecía una posición mejor en la lista de candidatos a plurinominales, pues el Movimiento Antorchista aportará, sin exagerar, muchos más votos para la coalición que Lorena Piñon, por ejemplo. Sin embargo, como hemos visto, siendo fieles a las viejas prácticas priistas las designaciones se hicieron de forma unilateral.

Estas prácticas no han hecho más que arraigar en el imaginario colectivo la idea de que las diputaciones plurinominales son innecesarias y de que, los candidatos que acceden a un lugar en el Congreso del Estado y en las legislaturas locales reciben un regalo de los partidos políticos y no de los ciudadanos. Esto es falso. Las “pluris” no son un regalo, se asignan a los partidos políticos en relación a la cantidad de votos que, precisamente, los ciudadanos les dan en la elección de diputados de mayoría relativa, es decir, de quienes hacen campaña. Por otro lado, son importantes, en la medida en que equilibran el poder impidiendo que el Congreso sea dominado por un solo grupo político y se tomen decisiones autoritarias como pasa actualmente. Por ello, las diputaciones plurinominales deberían ser entregadas a personajes con gran arraigo popular, con mucha experiencia y madurez política.

Los antorchistas, sin embargo, somos gente muy trabajadora y pondremos todo nuestro esfuerzo y dedicación en ganar el escaño del Ing. Samuel Aguirre, será nuestro representante en la Cámara de Diputados y ayudará a maniatar al gobierno de López Obrador para que no sigan llevando al país al precipicio. A cambio, como desde el principio, exigimos a la alianza opositora ponerse a la altura de las circunstancias, pues hasta ahora, algunas de sus acciones más que minar a Morena parecen estar ayudándola a ganar.

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