Las cifras finales están cerradas, los números fríos y pragmáticos muestran una lacerante realidad política que afecta sobre manera el desarrollo no sólo democrático, sino económico y social del país.
Pero entremos en contexto y le brindo algunos datos:
Este domingo 6 de Julio se celebraron elecciones en los estados de Coahuila y Nayarit, además de dos elecciones extraordinarias para ayuntamientos en Puebla.
En Coahuila el Partido Revolucionario Institucional ganó 16 distritos electorales de 16 existentes, o como coloquialmente se dice “se llevó carro completo” en las diputaciones locales.
Véase por donde quiera, es una situación que debería de alarmar a los dirigentes de al menos las dos instituciones políticas con mayor fuerza en México como lo son Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática.
¿Qué acaso en ese Estado duermen el sueño de los justos y son Partidos sólo de membrete?
La participación ciudadana fue ¡de sólo el 39% del padrón electoral! Esto quiere decir que cuando mucho a 4 de cada 10 ciudadanos les interesó asistir a elegir a sus representantes populares.
¿Hartazgo social para con los Partidos Políticos?
¿Son los partidos políticos para la ciudadanía de ese Estado todos iguales de inútiles y corruptos?
En Nayarit con el 59% de participación ciudadana, el escenario cambió levemente, ya que aquí de 20 ayuntamientos el Partido Revolucionario Institucional ganó al menos 16, el Partido Acción Nacional 3 y el candidato independiente Hilario Ramírez (quien durante su campaña aceptó que robó poquito) ganó 1.
En las diputaciones el PRI ganó 14 el PRD 2 y Acción Nacional 2.
En Puebla las dos elecciones extraordinarias son ganadas por la Alianza PAN-PRD-Nueva Alianza.
Como podemos ver, aunque Acción Nacional logra un triunfo histórico en la capital Nayarita, sus números son alarmantes, los resultados deberían de encender los focos rojos en las oficinas de Coyoacán y María Rico, ya que de 34 diputaciones locales que se jugaron este fin de semana sólo lograron ganar 2, de 20 ayuntamientos elegidos sólo consiguieron el triunfo en 3 y aunque en Puebla ganan los dos ayuntamientos, necesitaron ir aliados con el PRD y el Verde Ecologista.
En esta primera batalla que le tocó pelear a Gustavo Madero como presidente re-electo no creo que le haya gustado el amargo sabor de la derrota.
Necesita urgentemente convocar al análisis y a la reflexión de las diferentes fuerzas hacia el interior y trazar una ruta que le permita enfrentar el siguiente round con una verdadera fuerza capaz de entregar resultados, que no sólo la militancia de su partido espera, si no la misma sociedad que cada vez observa como el concepto de democracia va quedando como un espejismo que se desvanece lentamente en el horizonte.
Del Partido de la Revolución Democrática ni se diga, la debacle histórica en la que se encuentra lo ponen al borde de la desaparición, sobre todo ante un Partido emergente de Izquierda como lo es MORENA de López Obrador.
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