‘Secuestrador de Sidney tenía problemas mentales’

El primer ministro australiano, Tony Abbott, emitió sus condolencias a las víctimas del asedio armado que dejó dos rehenes muertos en un café en Sidney y precisó que “el secuestrador era un extremista con problemas mentales”.

SIDNEY“El secuestrador iraní que protagonizó la toma de rehenes en un café de Sidney era un extremista y padecía problemas mentales.”

Abbott, definió el acto como “abominable” y “un encontronazo con el terrorismo”.

El primer ministro dijo que el individuo muerto en el ataque de las fuerzas especiales de la policía, “tenía un largo historial de delitos violentos, extremismo e inestabilidad mental”. “A medida que avanzaba el asalto (…) trató de inscribir sus actos en el simbolismo del culto de la muerte del Estado Islámico”, el grupo yihadista que siembra el terror en parte de Siria e Irak, añadió Abbott.

Tres personas murieron, el secuestrador y dos rehenes, y cuatro resultaron heridas cuando la policía australiana intervino hoy para liberar a las personas retenidas durante 17 horas por un supuesto clérigo musulmán en un café del centro de Sidney.

El secuestrador, que llegó a tener 17 rehenes, era Man Haron Monis o jeque Haron.

Las otras dos víctimas eran dos rehenes, una mujer de 38 años y un varón de 34, que fueron declarados muertos tras ingresar en un hospital, de acuerdo al informe policial.

Los heridos son tres mujeres, una de ellas con herida de bala, y un agente policial, que fueron atendidos en hospitales de la zona.

El comisionado Andrew Scipione, de la Policía del estado de Nueva Gales del Sur, declaró esta madrugada en rueda de prensa en Sídney que la situación llegó a un punto en el que hubo que tomar una decisión y subrayó que la operación policial llevada a cabo de madrugada logró “salvar muchas vidas”.

El llamado jeque Haron entró el lunes por la mañana en el local Lindt Chocolate Cafe, situado en la zona financiera Martin Place, en pleno centro de Sidney, y secuestró a las personas que había en su interior, personal y clientes.

Entre sus primeras acciones estuvo obligar a dos mujeres a que sujetasen una bandera en el cristal de la entrada con un mensaje escrito en árabe que decía: “No hay otro Dios que Alá y Mahoma es su profeta”, la “shahada” o declaración de fe musulmana.

Una vez concluido el secuestro, el comisionado Scipione confirmó que el secuestrador llegó a tener 17 rehenes, de los cuales cinco se escaparon en las primeras horas y otros cinco momentos antes de que comenzase la operación policial.

Tras saber del secuestro, la Policía acordonó la zona, evacuó edificios y estableció contacto con el secuestrador que, según los medios locales, reclamó hablar con el primer ministro, Tony Abbott, y que le entregasen una bandera del Estado Islámico (EI).

Los cuerpos de seguridad se decidieron a intervenir después de cerca de 17 horas de secuestro, en la madrugada australiana.

Desde el exterior se vio gran actividad de agentes y se oyeron varias ráfagas de disparos, que iluminaron el interior del café y alguna explosión.

Los rehenes comenzaron a salir del café, algunos con las manos levantadas. Según el Canal 7, fueron siete las personas liberadas por los agentes.

Ambulancias con personal sanitario y vehículos de bomberos se situaron en las inmediaciones para atender a los heridos, dos de los cuales necesitaron reanimación cardíaca.

El primer ministro australiano calificó el secuestro de un acto con “motivaciones políticas” y se reunió a lo largo del día dos veces con el Comité de Seguridad Nacional.

El secuestrador era un radical iraní que llegó a Australia en 1996 como refugiado, cambió su nombre, Manteghi Bourjerdi, por el de Man Haron Monis y adoptó el título de jeque Haron.

Sus problemas con la justicia australiana habían aumentado en los últimos años, entre otras causas por su implicación en la muerte de su exesposa, Noleen Pal, con quien tuvo dos hijas.

Las autoridades australianas se tendrán que plantear ahora las medidas de seguridad por este suceso, ocurrido pese a haber endurecido los dispositivos en los últimos meses ante la amenaza yihadista, tras unirse a la coalición internacional del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, contra el EI.

“En las últimas 24 horas, esta ciudad (Sidney) ha sido sacudida por una tragedia que nadie pudo imaginar”, admitió el jefe del Gobierno de Nueva Gales del Sur, Mike Baird.

Fuente: Agencia.

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