Optimismo / Marco Antonio Figueroa Quinto

Como en muchas otras ocasiones hoy haré una seria reflexión  sobre lo positivo que hay en de cada uno de nosotros. Dejaré por esta ocasión a un lado todas las penumbras, oscurantismo y retrogradismo de nuestro entorno, cerrando el libro del negativismo, para dar paso al optimismo ¡Por supuesto que se puede! Estos días y todos los que siguen deseo para mis semejantes el poder mantener el optimismo, conservar el equilibrio, fortalecer la esperanza, recomponer nuestras energías para prosperar en la bella misión de vivir en paz y con alegría ¿Será mucho ambicionar?

Esperando que todos caminemos con la seguridad que llegaremos a nuestro destino, que nuestra lucha lleve la certeza de vencer cualquier obstáculo y con esa misma seguridad poder realizar nuestros ideales. Nada debe impedir el poder dar lo máximo de cada quien,  para vivir intensa y maravillosamente todos los días de esta existencia.

Que esa fuerza que surja impetuosamente de cada ser, coadyuve en borrar del mapa existencial: tristeza, desilusión, dolor, angustia, incertidumbre, soledad. Ni los desmanes de entes malvados y desatinos de gobernantes y autoridades nos impidan sonreír. Ni miedos, ni depresiones, por más que sufra el corazón impida que soñemos con el mundo que siempre hemos querido. Vivamos el día de hoy como si fuese el primero, como si fuese el último, como si fuese el único, vivamos el momento de ahora de manera intemporal, irreal, subjetiva y esplendorosa; pues lo que uno crea, puedo uno realizarlo.

Tengamos siempre presente, que hay un proceso del karma y lo que damos a los demás es lo mismo que nos viene de vuelta. Nuestra inversión en apoyar a los necesitados, enfermos, angustiados, solitarios y tristes como una parte esencial del corazón serán  retribuidas para alguien de nuestro afecto o amor. Para buscar pues, la calma interior, no vayamos donde todo es calma sino donde no haya esa ansiada paz, y seamos la parte primordial de esa paz, así encontraremos al darla, y la tendremos en la medida en que vean que otros necesitan de uno para calmarse.

Transitamos en una espiral ascendente y cristalina que nos instruya y humanice constantemente. Por lo anterior comprenderemos el valor de tantas pruebas superadas, impulsando con ello, no sólo a que otros reconozcan nuestras fortalezas, sino a intentar superar empresas superiores. Por supuesto que la vida de cada quien tiene una razón de ser, ahora evolucionemos y busquemos el deber ser, lo que ayuda a transformarnos interiormente, energía vital para trasformar lo que uno desee. Con ello tendremos un instrumento poderoso para ayudar a quienes, desde siempre han manifestado desánimo, falta de sentido y confusión, entregando todo su potencial, inventiva  y aspiraciones a individuos que sistemáticamente se aprovechan de ello.

Seguro, que ahora que no es sólo nuestro corazón quien habla y anima, sino la razón de la justicia y dignidad; el cambio se dará como una consecuencia lógica y normal. Estas acciones impregnadas de un sincero sentimiento de hermandad, hará sonreír a muchos, lo que motivará para retomar la marcha hacia el mundo que deseamos, lleno de amor, justicia, paz, libertad e igualdad. Recordemos que estos esfuerzos emprendidos en el camino agreste y silencioso, además de ser un sendero para las nuevas generaciones, serán parte del orgullo de una existencia plena, sana y grata, donde agradeceremos las vivencias por las lecciones aprendidas. ¡Feliz día del amor y de la amistad!

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