Derechos reproductivos, limitados para la población LGBT

Rocío Sánchez

Aunque en México el artículo 4° constitucional establece que toda persona tiene derecho a elegir el número y espaciamiento de sus hijos, este derecho parece no estar garantizado para las personas homosexuales. Así lo explicó Gabriela García, directora de la organización Pronto Nacerán nuestros Hijos (Pronanhi, A.C.).

En conferencia de prensa, señaló que los servicios de salud pública sólo atienden a parejas y entre las condiciones están que sean heterosexuales y que la mujer sea menor de 35 años. Quien no cumple con estos requisitos no puede acceder a este servicio y deben recurrir a clínicas privadas, por lo que el reproducirse “muchas veces no se trata de los hijos que se deseen, sino de los hijos que se pueden costear”.

En México, los tratamientos contra la infertilidad pueden costar entre 35 mil y 250 mil pesos, cifras que no cualquier persona puede pagar. Por ello, Pronanhi se dedica a asesorar a personas solteras, parejas heterosexuales y homosexuales respecto a los procedimientos de reproducción asistida, además de buscar descuentos con diversos proveedores para que más personas puedan cumplir su deseo de ser padres o madres.

Además, García explicó que las personas con orientación homosexual presentan la misma proporción de trastornos médicos que les dificultan o impiden un embarazo, es decir, entre 15 y 20 por ciento de incidencia.

En el caso de las parejas de lesbianas, refiere, es más sencillo concebir, pues hay dos úteros y se puede gestar un hijo sin problemas. En contraste, para las parejas gay los procedimientos son más complicados pues se requiere contactar a una mujer que desarrolle el embarazo.

Sobre este último caso, el de la maternidad subrogada, la legislación en México es casi nula a excepción del Código Civil de Tabasco que menciona, pero no regula, esta opción en la que una mujer ajena a la pareja (heterosexual u homosexual) se embaraza con el bebé de los contratantes.

Por su parte, el doctor Carlos Navarro, director de la clínica de reproducción Cefam, comentó que en algún momento participó en las pláticas para elaborar una ley que regule a los centros de fertilidad en el país, pero las conversaciones no avanzaron y el tema sigue sin legislarse.

Por ahora, todos los procedimientos que requieren una madre sustituta los realizan en Tabasco, pues es donde un hueco legal permite este método, pero según sostiene Navarro, cada vez se piden más requisitos para poder registrar a los niños que nacen de esta manera, pues “ni los mismos jueces saben bien” en qué consiste la participación de un vientre subrogado. Aun así, Cefam trata no solo a parejas y personas de México, sino también de países como Estados Unidos, Canadá, Francia, Japón o Australia.