Eraclio Zepeda, el autor que emocionaba a los jóvenes

 

Eraclio Zepeda se subió al estrado y comenzó a leer La Niña Sapa delante de René Michel y de otros alumnos de la Preparatoria 7. El tiempo se detuvo y por un instante la atención de la generación 1986-1989 fue solamente para las palabras del autor chiapaneco, quien dejó anonadados a los jóvenes que lo escuchaban.

Michel califica de cautivadora la manera cómo el autor -que falleció la madrugada del pasado jueves a causa de una enfermedad respiratoria- contaba aquella historia, al igual que la forma en que los demás reaccionaban ante ella: “eso hizo que yo me interesara por leer otras cosas de él como Benzulul”.

Ahora como coordinador del módulo de Cuquío de la Universidad de Guadalajara (UDG),  el profesor asegura que sus estudiantes reaccionan con el mismo asombro cuando leen u oyen  algún cuento de Zepeda. “Tenía la capacidad como narrador de captar la atención inmediatamente. Utilizaba muchos sonidos y eso lo hacía atractivo era muy ingenioso, era de una vitalidad narrativa, vitalidad contadora inagotable y además incansable”.

Para el investigador de la UDG, el autor chiapaneco era de esos que disfrutaba mucho viendo que a otros les gustaran los relatos, algo que conseguía también en vivo por su gran capacidad de oratoria. “Existía una colección que vendían en la Feria del Libro de Arte Literario que es una grabación sobre sus cuentos en CD, imagina él mismo contando sus historias, lo que yo he hecho en las clases con mis alumnos es ponerles el disco, era extraordinario”.

René Michel dice que el cuentista, novelista, y poeta destacó en dos vertientes: en hablar de Chiapas y en su lado de izquierda. “Sí logra profundizar en esa realidad selvática y sobre todo en la forma en la que se comunica la gente de la región, los personajes se encargan de describir junto con un narrador que va completando el paisaje”.

Mientras que de su lado activista, el profesor recuerda un cuento de Eraclio que se llama El Muro, donde vierte su ideología. “También era promotor de escritores, sobre todo que estuvieran en una vertiente de reclamo social, era su otra faceta”. Destaca que si la gente desea leer algo admirable de él debe empezar con el cuento “El viento”. “Su obra se rige a partir de cuatro elementos, refiere el fuego, viento, agua y  tierra”.

El relator del pueblo de Chiapas

El novelista, poeta, dramaturgo, cuentista, promotor cultural y profesor universitario Eraclio Zepeda es considerado uno de los más destacados autores mexicanos, quien a través de su obra habló sobre la historia del estado de Chiapas.

Eraclio Zepeda- quien a los 78 años de edad en su natal Tuxtla Gutiérrez a causa de una enfermedad respiratoria- nació el 24 de marzo de 1937 y toda su vida la dedicó a la poesía, la novela, el cuento y la literatura infantil, además de que fue actor, promotor cultural, profesor y militante político.

En su primer libro de cuentos ‘Benzulul’, que escribió a los 20 años y que es considerado un clásico como ‘El llano en llamas’, mostró el lenguaje del pueblo. De acuerdo con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Laco (como lo llamaban sus amigos) hizo su obra bajo el doble influjo del realismo literario latinoamericano y la tradición oral de Chiapas.

Durante la invasión de cubanos exiliados en Bahía de Cochinos Eraclio se alistó como soldado y fue designado oficial responsable de la Compañía Especial de Combate, tiempos en los que llegó a contar que jugaba futbol con el “Che” Guevara.

Además de su estadía como militar en La Habana, en China fue profesor de español del Instituto de Lenguas Extranjeras de Beijing,  corresponsal de prensa en la antigua Unión Soviética, y varios años después cumplió funciones de embajador de México ante la UNESCO en París. También en este país fue secretario general de Gobierno de Chiapas de diciembre de 1994 a abril de 1997.

En sus últimos años pasaba la mitad del tiempo en su casa de Tuxtla Gutiérrez, donde daba clases de literatura a jóvenes universitarios, y otra parte en su casa de la Ciudad de México, en la colonia Condesa.  La poeta Elva Macías,  su esposa, comunicó que el cuerpo será velado y sepultado en la capital chiapaneca.

Reacciones

La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María García Cepeda, declaró en su cuenta de Twitter: “Descansa en paz Eraclio Zepeda, para quien contar fue un oficio que convirtió en la mejor literatura”.

El presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, escribió: “Falleció Eraclio Zepeda, cuentero incomparable, narrador universal. Mi pésame a sus deudos”, y añadió: “Preparamos ya un homenaje con el gobierno de Chiapas, la familia Zepeda y el Conaculta”.

El Presidente Enrique Peña Nieto expuso que “México ha perdido a un ilustre ensayista, poeta y novelista, de profunda conciencia social”, y se unió “a la pena que embarga a los familiares y amigos de Don Eraclio Zepeda Ramos”.

El Pleno de la Cámara de Diputados guardó un minuto de silencio en memoria del escritor. Mientras que el director del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes, Juan Carlos Cal y Mayor Franco, aseveró que Chiapas está de luto y llora la partida del escritor. “Estamos todos los chiapanecos de luto, perdemos una gran figura de la talla de Jaime Sabines y Rosario Castellanos, estamos analizando la posibilidad de un homenaje al escritor chiapaneco en las próximas horas”.

Premios y obra

Zepeda escribió “Asalto nocturno”, obra que le valió el Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí 1974.  Los galardones siguieron para el autor, primero con la Medalla Conmemorativa del Instituto Nacional Indigenista (INI) en 1980, luego con el Premio Xavier Villaurrutia en 1982, por su obra “Andando el tiempo” y con el Premio Chiapas de Arte en 1983, y la Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República (2014), entre otros galardones.

En su discurso de recepción del galardón Belisario Domínguez , en la antigua sede del Senado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, lamentó la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y afirmó que “es inaceptable la violencia como forma de exigir justicia”.

Incursionó en la literatura infantil con obras como: “Un tango para hilvanado” (1987), “Ratón-que-vuela” (1999) y “Horas de vuelo” (2005). También escribió las novelas “Las grandes lluvias” (2005) y “Tocar el fuego” (2007).