Que es el TPP (III) / Lino Perea Flores

Hace alrededor de veinticinco años, a fines del siglo pasado  un egresado de la Facultad de Economía de la UNAM, el actual Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), José Angel Gurría Treviño, renegociaba exitosamente la deuda externa de México ante las instituciones financieras internacionales, en razón de la difícil situación económica por la que atravesaba el país,  por lo que en los medios estudiantiles se le adjudicó el alias de “Ángel de la Dependencia”, ya que las condiciones de las finanzas públicas de México eran tan delicadas que el propio ex-presidente de México, licenciado Carlos Salinas de Gortari, reiteró en varias ocasiones que nuestro país estuvo a punto de declararse en moratoria de pagos, por la incapacidad que nuestro país tenía para solventar el servicio de la deuda externa de México.

Las consecuencias económicas del último cuarto de siglo pasado eran más bien traumáticas para México, ya que se desataron procesos inflacionarios, desempleo, salidas de capitales, oleadas de migrantes al extranjero en busca de empleo, caídas en la producción, devaluaciones ingentes, bajas en la inversión y ahorro, pérdidas de sectores como el de la banca ante los extranjeros, derrumbes en el poder adquisitivo de las mayorías, más un endeudamiento público y privado que llevó al país en varias ocasiones al borde del colapso, aunque ya nadie se acuerde.  Conviene sin embargo señalar, que a pesar de las debacles financieras siempre nos salvaron las exportaciones del petróleo de México, que con precios y producciones crecientes en todo momento nos ayudaron a equilibrar nuestras finanzas públicas, pero sobretodo con la entrada de México al TLCAN.

Hoy la realidad es otra y aunque tenemos precios y producciones a la baja del crudo, las exportaciones manufactureras. el turismo, la minería, las remesas y los productos agropecuarios, están tomando el lugar del petróleo donde este último, tampoco deja de contribuir al desarrollo de México y ser una materia prima de relevancia mundial. De todas formas, los acontecimientos económicos más recientes no dejan de ser preocupantes para nuestro país; sin embargo, a diferencia de hace veinticinco años ahora México puede enfrentar con mayor capacidad los acontecimientos económicos internacionales, que se vienen manifestado alrededor del mundo en estos últimos años.

Entre los signos preocupantes que el Inegi reporta en la actualidad, están el deterior de nuestra balanza de pagos, donde México registra un déficit comercial de mil 150 millones de dólares en octubre de este año; ello a pesar de un leve incremento de las exportaciones manufactureras, que mostraron un avance mensual de 2.66%, como resultado de un crecimientos del 0.07% en las exportaciones automotrices y de un 3.96% en las manufacturas no automotrices. Realizando ajustes por desestacionalización, las exportaciones totales mostraron un incremento del 2.05 por ciento, con alzas del 1.81 por ciento en las exportaciones no petroleras y del 6.14 por ciento en las petroleras; aun así, las importaciones fueron mayores y han originado el déficit comercial señalado, lo que seguirá impactándola paridad del peso con el dólar.

Las reformas estructurales son una base muy importante para nuestro desarrollo, porque además infunden ánimos en la población que se reflejan en los niveles de consumo que estamos observando, que aunque se detecte cierto pesimismo en los consumidores nacionales, en 2015 los indicadores son ligeramente superiores a los observados en el 2014. De todas formas, de acuerdo con el Inegi que levanta mes a mes el Índice de Confianza al Consumidor (ICC), los niveles observados actualmente son menores a los observados en el año 2012, por lo que la mejor manera de alimentar el optimismo de la población es crear mayores fuentes de empleo, a través de empresas que nos permitan disminuir el tremendo déficit comercial y crónico, con las naciones asiáticas.

La independencia económica es fundamental para mejorar nuestra democracia y nuestro estilo de vida, por lo que debemos valorar nuestras experiencias con los tratados de libre comercio, de forma tal que ahora nos toca aprovechar las ventajas del mayor Acuerdo Comercial en el mundo, el Trans Pacific Partnership (TPP), si queremos ser independientes económicamente se requiere ser más agresivos en el comercio internacional con los países de la Cuenca del Pacífico, con los que tradicionalmente venimos arrastrando un déficit comercial que sigue creciendo; sin embargo, hemos podido comerciar favorablemente con el país más importante y competitivo del mundo, Estados Unidos, por lo que no debe existir razón para no hacerlo con los países asiáticos. Si no lo hemos hecho es porque no nos lo hemos propuesto por las distancias, al igual que con Europa. Hasta ahora.

Comentarios: linopereaf@yahoo.com (*) Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.